Mi Beach Bar

La campana del recreo era sinónimo de felicidad. 15 minutos antes, avisados por algún reloj metido de contrabando, porque teníamos prohibido llevar reloj al colegio, entre tantas otras cosas; y mientras la profesora se esforzaba por hacernos creer que un señor llamado Alfonso Ugarte convenció a su caballo para que se tiren juntos por el morro de Arica porque querian mas a una bandera de trapo que a su propia vida;  uno de nosotros ya estaba haciendo la lista de los equipos que se enfrentarían en una nueva versión de la final cotidiana del mundial de fulbito del recreo.

Al sonar la campana salíamos disparados al patio a jugar con una pelota de trapo. Si, de trapo, ya que nadie se atrevía a llevar la pelota nueva que le habían regalado pues los grandotes de quinto de secundaria nos la quitaban y después de camotearnos un rato se la llevaban a su casa con total impunidad. Asi que una media vieja con papeles dentro fungía de “Brazuca”.

Pero a medida que íbamos creciendo esto se hacia menos placentero. Asi que ya en tercero de secundaria estábamos lo suficientemente grandes como para defendernos  de  los  otrora  “grandotes  de quinto”  y  empezamos a llevar las famosas "Crackcito" de Viniball para nuestra final de campeonato diaria. El problema era que la cancha de fulbito estaba detrás de la piscina y habían unos cuantos con patada de burro y poca puntería, que sumado a lo  poco que  pesaban esas pelotas de plástico con silicona, mandaban los esféricos 10 metros arriba del arco y caian en el techo de lona que temperaba la piscina. (NO SE XQ ESTE PÁRRAFO SALE SIN JUSTIFICACIÓN!!!)

Así que había que recuperarlas. Ubicábamos a los mas chicos y mas flacos. Luego empezaba la negociación para que alguno suba al techo de lona a recoger cuantas pelotas pudiera. Al que lo hacia, se le premiaba con una galleta a la salida (patrocinada por el presupuesto de ambos equipos) o la figurita inédita del álbum de moda. La mayoría al imaginarse subido al techo de lona, empozado con el agua de las lluvias y amarrado a unas cuerdas viejas, arrugaba con justa y denotada razón. Pero siempre hubo un par de inconscientes que atracaban la insuficiente contraprestación por tan temerario servicio.

Sin tenerlo en cuenta, desde tan temprana edad estábamos negociando. Vendíamos la idea que la galleta o la figurita valian más que la posible caída con rotura de hueso incluida. Y había gente que compraba la idea. Como lo hacíamos?

Las personas desarrollamos durante nuestra vida ciertas habilidades para lograr las cosas que queremos. Y una de las mas importantes es saber vender. 

Mucha gente me ha dicho alguna vez que no serviría como vendedor, que nunca podrían vender algo. Tal vez piensan en la situación como si se tratara de pararse en medio del centro comercial para vender tarjetas de crédito a gente que no tiene intención alguna de comprarla,  pero no se dan cuenta que durante nuestra vida personal, social y laboral vamos constantemente vendiendo ideas, productos o servicios. 

Por ello considero fundamental que todas las personas tengan conocimientos básicos de marketing, porque nos lleva un paso mas allá  para alcanzar nuestros objetivos sea en el ámbito que sea. Cuando invitas a salir a alguien, tienes que hacerle creer que salir contigo es como tomarse una coca cola en el desierto. Cuando le pides permiso a tu enamorada/novia/esposa para ir a ver EL partido con tus amigos, le prometes a cambio, algo mas reconfortante para ella; y allí es cuando te ves acompañándola por horas interminables para comprar sólo un par de zapatos, porque todo lo demás que se probó no le gustó. A menos que regreses luego del partido oliendo a cerveza, eso ya es otro precio. Vender algo a alguien.  Simple.

Es así que para desarrollar mis conocimientos de marketing digital, hice un curso online de Community Manager(CM) dictado por una asociación española. El CM es una profesión que irá ganando fuerza dentro de unos años. En Europa ya  se ha descartado la primigenia idea que para ser CM tan sólo es necesario saber usar las redes sociales y tener correa con los trolls. Es mucho mas que eso.

Uno de los proyectos del curso  fue la creación de una página en FB.  Pensé en una página para una empresa de servicios profesionales. Pero luego me pareció tan normal y aburrido, y aproveché para pensar en lo que me diera la gana, algo que realmente me gustaría. Empecé a escribir sin pensar, dejando que fluyan las palabras, lo que en  psicología se llama escritura de asociación libre,  escribir sin pensar para obtener lo que hay en el subconsciente.

Así se creó La Ventanita, mi Beach Bar. Es mi muy probablemente utópica idea de vivir de un bar en la playa.

Me sigues? : Imagina que ya conseguiste al ingenuo el financiamiento, los permisos, los materiales, la mano de obra y los insumos. Piensa en una playa con arena fina y cálida, el cielo libre de nubes y el mar a unos 50 metros de tu terraza.

Mesas de madera tallada sobre una tarima lisa del mismo material, techo de caña y paja, antorchas alineadas guiando el camino para los clientes/amigos que aumentan el ambiente placentero y relajado.

La rectangular barra guiada por el certero barman que no deja de sonreír mientras destapa y mezcla. Los mozos ataviados de coloridas bermudas pero con una camisa uniforme que les identifique acompañada de una gorra que además servirá para evitar ligeros deslices capilares. La actitud coloquial del local ayudará a atraer al cada vez mayor y entusiasta público.

Imagina mas allá de la terraza, cerca de la orilla, los espacios reservados con mesas pequeñas y sofás dentro de un toldo blanco que va con el estilo. El chill out de fondo a un volumen moderado, que permita a las personas conversar, pero a su vez que les evoque la idea de relajación y  disfrute del lugar en el cual están, y que combinado con el sonido del mar y la rica, ECONÓMICA y variada carta,  les haga sentir que quisieran quedarse ahí para siempre.

Los viernes y sábados por la tarde/noche, se cambiaria el estilo para darle paso a una música mas movida y alegre para consentir a la gente que no gusta mucho del chill out.

Deberia estar ubicado muy cerca de la ciudad, en Lima en la Costa Verde, sino se trataría sólo de un bar de temporada. Y no queremos eso. O tal vez se pueda mancorizar. Hay opciones.

Tienes elaborada una variada carta de piqueos y tragos típicos y exóticos. Te has abastecido de las sombrillitas y demás sonseras decorativas que se ponen en los vasos. Tienes lista tu cámara profesional para retratar a la gente que luego de 3 chilcanos “Ula Ula”, tu trago bandera, se sentirá tan fina como Bar Rafaeli lo que llevará a pensarte como Testino.

La cocina sacando piqueos marinos de todo tipo, frios y calientes mientras tu miras de reojo que cumplan con la presentación propuesta por el  jefe de cocina, que dicho sea de paso es un chefazo!

Miras con preocupación la nevera de las cervezas. Y si se acaban? Mejor ir sacando del almacén para que vayan enfriándose. Y nada de hacer la de poner las que acaban de sacar del almacén al inicio de la nevera  dejando las  más frias al fondo, porque al momento de servir estarían sacando primero las cervezas que todavía están a temperatura “ambiente”. Que mal está eso. Hay que cuidar los pequeños detalles, porque son los que hacen las grandes diferencias.

Básico realizar el briefing diario con los mozos para que la atención al cliente no sea “formal” sino coloquial, siempre sonriendo y que se concentren en sus pedidos y se aprendan el nombre del cliente de turno. Para ello hay que trabajar constantemente en el feedback. El servicio es tan o más importante que los productos.

Fundamental tener contento al nexo que tienes con tu público, es decir a los colaboradores, para consecuentemente tener contentos a los clientes. Causa y efecto.

Ahora imagina el bar lleno, la lista de reservas atiborrada, la gente contenta y diciéndote lo bien que lo han pasado y que desde ya haciendo su próxima reserva con ilusión en los ojos y sonrisa en la boca. Y por detrás, arena,  mar y sunset. Satisfacción total.

Ya lo visualizaste? Te queda algo parecido a esto:

Este es, a grandes rasgos, uno de los tantos sueños que quisiera lograr “algún dia”. Mientras lo tenga claro y visualizado no se desvanecerá, al contrario, de esta manera va adquiriendo mas fuerza. Sólo falta el incauto inversionista.

Cuando tengas  ilusión por algo constrúyelo en tu mente, visualízalo, piénsalo, mejóralo y ejecútalo. No esperes que se materialice por si mismo. Tienes que ser tú el que decida cuando lo vas a hacer, moverte y lograrlo.

Ten claro lo que quieres. Y decídete a hacerlo,  cuanto antes mejor. El momento adecuado no existe, siempre va a faltar algo. El momento será cuando decidas moverte y empezar paso a paso.

No tienes porque tener todas las respuestas a las tantas preguntas y dudas que tendrás, ya las irás resolviendo sobre la marcha. Cuando tengas un año de haber iniciado con la ejecución de tu sueño estarás feliz de haberlo hecho. Y en ese momento tendrás la respuesta a muchas de las dudas que tienes ahora. 

Recuerda que todas las personas tenemos la capacidad de resolver cualquier problema, sólo hay que tener la actitud adecuada para buscarle la mejor solución. Lo único que no tiene solución, por ahora,  es la muerte.

Cuida y protege tus sueños y tus metas. Puedes lograrlo si realmente lo tomas en serio. 

Contrariamente a las enseñanzas de Yoda, la fuerza no está contigo, está en ti. 

Les dejo este video que está muy visto, pero si puedes miralo 150 veces mas!

Disfruta!