Fabiana habia
estudiado en uno de los mejores colegios de Lima. Dirigido por una congregación de monjas, este
colegio sólo para mujeres, estaba
ubicado en una de las mejores zonas residenciales de la capital. De familia acomodada, Fabiana gozaba además, de
aquella popularidad de chica atractiva y simpática, que las mujeres quieren
copiar y los hombres conquistar. Pasó por una de las universidades más caras y
de prestigio de Lima, en la que su popularidad fue diluyendo poco a poco,
conforme llegaban sus últimos exámenes universitarios.
Consiguió un
puesto en una empresa rankeada en GreatPlaceToWork, en la cual su carisma le
generó un vertiginoso ascenso. Era
guapa, agradable, joven y feliz. Tenia un buen trabajo y justo acababa de lograrse
un novio de película, de esos que siempre usan la camisa dentro del pantalón, con
la chompa sobre los hombros con amarre de mangas delantero y pocas veces decía
lisurotas.