Tal había sido mi sugestión causada
por el temor hacia aquellos sueños que estaba estigmatizando. Los montones de paja que habia
visto en mi cama eran en realidad restos de los papeles y cajas de los regalos
de cumpleaños y que habían pasado desapercibidos hasta esa mañana.
Aun sabiendo que era algo que
sólo estaba imaginación, sentía temor de volver a soñar con eso. La causa era irracional, pero el miedo era
real. Como los miedos que puedes tener ahora. Si piensas y los analizas seguro
que te darás cuenta que no tienen fundamento, que es algo ridículo. Pero dan
miedo y eso es lo que finalmente cuenta. Y además acababa de cumplir 7 años.

Debido a la ausencia del factor
determinante que era el miedo, era obvio
que los sueños terminarían por desaparecer. Sin embargo, el daño ya estaba
hecho. Me enseñaron lo que era sentir miedo. Y, para mi mala fortuna, me
enseñaron también que los miedos desaparecían cuando me familiarizaba con
ellos. Algo así como el Síndrome de Estocolmo, cuando el secuestrado desarrolla
una relación cómplice y cercana con su captor.
Esta experiencia me había enseñado
que el temor desaparecía cuando me familiarizaba con aquellas situaciones que lo
generaban. A todas luces, una lección
mal aprendida.
Cada vez que me encontraba con
una situación desconocida o desagradable emergía la sombra del Calabaza entre
aquella situación y yo, como el celoso guardián de una verdad que no
debía ser sacada a la luz. Era una barrera que no podía superar justamente por
miedo. A menos que esperara a familiarizarme con dicha situación.
Pero no podía vivir esperando que eso suceda. Nunca
he podido esperar, porque es sinónimo de perder el tiempo. Así que sabía que debía atacar las situaciones que me generaran miedo, como sacar un curita
de golpe, rápido y doloroso, sabiendo que se llevará con él algún que otro
pelillo de recuerdo.

Seguramente has escuchado alguna
vez de la denominada ley de la atracción, que postula que cuando uno cree
firmemente en algo, se llega a materializar. Pero hay que creer muy fuerte para
atraerlo, con las obvias excepciones materiales e inmediatas. Por más que
pienses 24/7 que quieres un Ferrari, este no va a aparecer mágicamente en tu
puerta si no haces algo durante mucho tiempo para conseguirlo. El poder de la mente es mas fuerte de lo que
creemos. Cuando se dice que sólo utilizamos el 15% de nuestro cerebro, es por
esto. Porque utilizamos nuestro cerebro consciente y dejamos que nuestro
cerebro subconsciente vuele sin parámetros ni control.
Y lamentablemente nuestras creencias subconscientes mas fuertes se centran en las cosas malas que nos pueden pasar. O simplemente aquello que
no queremos que nos pase. Y queremos evitar tan intensamente eso, que terminamos generando temores.
Y además les prestamos mas atención que a nuestras virtudes para superarlos, que muchas veces pasan
desapercibidas. Uno puede creer firmemente que es capaz de lograr cualquier
cosa, pero cuando se le cruza un miedo por delante, creerá en él con igual o
mayor intensidad, y le prestará más atención a sus miedos que a sus valores y
capacidades.

Y cuando lo hayas hecho por
primera vez, las siguientes serán cada vez mas sencillas. Pero hay que tener
paciencia para hacerlo. Lo más fácil es aparcarse ante el pánico. Eso lo hace
cualquiera. Pero actuar a pesar del miedo es lo que hace la diferencia. Tu puedes
hacer la diferencia? No se trata de no sentir miedo,
sino de actuar a pesar de sentirlo.
Por default nuestro cerebro le da
mayor intensidad a nuestras creencias negativas que a las positivas. Esto
sucede porque el cerebro humano está programado para protegernos, entonces ante
una situación desconocida o que no nos gusta, nuestro cerebro nos protege
dándonos señales de advertencia, de peligro. De miedo.
La mayoría de nuestros miedos son
IRRACIONALES porque no tenemos fundamento concreto para tenerlos, simplemente
los creamos inconscientemente para protegernos.

Cuando enfrentas un temor, tarde o temprano lo terminas venciendo. Si
logras incrustar esta creencia en tu cabeza, tienes la mitad de la batalla
ganada. La otra mitad, es ir a encararlo.
Y mientras mas arraigado esté ese
miedo dentro de ti, mientras mas viejo sea, la victoria sobre él costará mas
esfuerzo, pero será a la vez mas placentera.
Toda habilidad puede ser
desarrollada. Desarrolla la tuya para combatir tus miedos. Y verás como la vida
empieza a ser mas divertida.
Que pasaría si enfrentas tus temores? NADA, no te va a pasar nada! Inténtalo. El éxito es una escalera que está compuesta de varios escalones llamados fracasos. Cuando tengas un fracaso, mira el lado positivo, has subido uno de esos escalones que te llevan donde quieres ir. Olvídate de las críticas, haz las cosas como si nadie te viera y ten paciencia para lograr aquello que quieres.
Enfrenta tus temores tantas veces como sea necesario hasta que los venzas. Y cada vez habrá menos cosas que te produzcan temor. Al otro lado de tus miedos hay una sensación alucinante. Ve y búscala. Date cuenta que no tenias porque temer.
Que pasaría si enfrentas tus temores? NADA, no te va a pasar nada! Inténtalo. El éxito es una escalera que está compuesta de varios escalones llamados fracasos. Cuando tengas un fracaso, mira el lado positivo, has subido uno de esos escalones que te llevan donde quieres ir. Olvídate de las críticas, haz las cosas como si nadie te viera y ten paciencia para lograr aquello que quieres.
Enfrenta tus temores tantas veces como sea necesario hasta que los venzas. Y cada vez habrá menos cosas que te produzcan temor. Al otro lado de tus miedos hay una sensación alucinante. Ve y búscala. Date cuenta que no tenias porque temer.
Ya lo dijo Napoleón Hill, todo
aquello que la mente pueda concebir y creer, puede ser logrado. Si te lo crees, ya tienes la mitad hecha.
Les dejo el mismo video de la primera parte, para aquellos que no lo vieron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dejame tu comentario! Gracias por leerme!