Nos dicen que
en nuestro dia tenemos 8 horas para dormir, 8 para trabajar y 8 horas de tiempo
libre. Pero si ajustamos los datos a la época, nos saldrá mas o menos así:
Por día
laboral tenemos 7 horas de sueño, 11 de trabajo (9 en la oficina + 2 en el tráfico ida/vuelta) y 6 horas libres al dia.
Si sacamos el
promedio semanal, incluyendo los fines de semana, tenemos que de las 168 horas a la semana gastamos un
promedio de 55 en el trabajo (5 días de oficina/tráfico), 49 horas de sueño y
64 horas libres (30 en dia de semana y 34 en fin de semana).
Pasando la
tercera parte de nuestra vida adulta en el trabajo, es con diferencia la
actividad consciente a la que más nos dedicamos, ya que dormir es una necesidad
desarrollada mientras estamos
inconscientes.
Antes se
estudiaba para trabajar en lo que más dinero diera, sin importar si te iba a
gustar. Ahora debes tener en cuenta que
tu vida tiene una fecha límite y debes aprovecharla. Somos seres de costumbres
y queremos vivir en lo conocido, en el trabajo que tal vez no nos llena pero que
a fin de mes paga un sueldo que permitirá comprar cosas que no necesitamos
(salvo excepciones lógicas) para
intentar vencer la insatisfacción laboral que por diferentes motivos podemos
vivir.
Si, está bien
ganar dinero, está bien estar cómodo haciendo lo que haces en tu zona de
confort. Está bien sentirse seguro a fin de mes. Lo que está mal es
desaprovechar la oportunidad de vivir como lo soñábamos de niños pero que la
cachetada de la “realidad” nos hizo olvidar.
Sabes lo que es la realidad? La realidad es lo que tus sentidos captan.
Realidad sólo hay una y es diferente para cada persona. Todos podemos dirigir y
mandar en nuestra realidad, pero la mayoría de nosotros no nos detenemos a
pensar que es lo que queremos en la vida. Sólo seguimos yendo hacia donde nos
lleva la marea sin intención de nadar hacia donde queremos. Vamos por el camino
que hemos encontrado, sin intentar crear el nuestro propio.
Tu vida
profesional es muy importante, y mientras no te preguntes si es lo que mas
quieres hacer, seguirás viviendo en automático y perdiendo la gran oportunidad
de vivir como en realidad quisieras.
Todos tenemos
derecho a equivocarnos al elegir la forma de vida que queremos, pero tenemos la
oportunidad de corregir el camino y dirigirnos hacia donde quisiéramos. Nunca te
conformes. El conformismo es la cuna para vivir como lo estamos haciendo hasta
ahora porque está funcionando, porque nos mantiene con vida y sin peligro y
mejor no arriesgarse a un cambio.
El conformismo
es lo que te hace sobrevivir. Asumir el riesgo de buscar lo que quieres, es lo
que te hace vivir. Hay una gran
diferencia.
Si el lunes
por la mañana andas pensando en el próximo viernes, es que no estás disfrutando
tu vida al máximo. Hay algo que no te acomoda. Hay algo que te falta.

No tienes que
tener todo claro, no tienes que tener todas las respuestas ahora, ni tienes que
renunciar a tu trabajo hoy. Empieza con aceptar que hay algo más ahí fuera que
te gustaría hacer, con eso ya diste el primer paso y todos sabemos que lo más
difícil de un proceso es empezar y con esto ya lo hiciste.
No apagues tu
sueño, no seas “realista”, ya vimos que
la realidad es lo que cada uno percibe. Busca la tuya y lucha por ella, no te
conformes, aprovecha tu tiempo de vida, es lo más valioso y no lo vas a tener
por siempre. Tienes la oportunidad de tener esa vida que pensaste, depende de
ti. Fuera las excusas y que vengan los motivos.
No te dejes
llevar por lo que la sociedad te manda, empieza a cuestionarte, a buscarte y a
encontrarte, busca la satisfacción
dentro de ti, busca ese trabajo que harías hasta gratis. Sólo necesitas valor y
una correcta planificación para una transición adecuada.
Hacer algo que
no te gusta al máximo, no te va a llevar al mismo nivel de éxito al cual si
puedes llegar haciendo lo que te gusta y apasiona.
Maneja tu
vida.
Piensa, planifica, actúa y resuelve. Y échale huevos.
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