Cuando pasé a recogerla, estaba
esperándome sentada en la silla del guardian de la casa en la que se estaba
quedando. La falda corta hacía que se le vieran las piernas cruzadas bien bronceadas,
firmes y duras como siempre. La sensualidad femenina es innata en ella, a tal
punto que el roble más firme se puede tambalear como un débil helecho.
Cuando subió al carro, nos miramos
sonriendo un rato sin decir nada, como escudriñando aquello que por mucho tiempo que haya pasado, sabes que en parte sigue siendo tuyo. Esa complicidad de tantas
aventuras inocentes y perversas marcadas en la piel como como se hace con el
ganado para profesar al mundo la autoridad que se tiene sobre el benefactor.
A pesar de tener toda la
confianza del mundo, la conversación mientras buscaba la salida más cercana a
la via expresa, era nerviosa y superficial sobre carrera y relaciones sociales.
Estaba contenta con su vida, tenía todo lo que quería y más. Esa ambivalencia
de mujer segura y tierna es tentadora.
Paramos en un semáforo, mientras
ella hablaba sin parar como loro tartamudo, bajé la mirada hacia aquel
cuerpo que tantas veces devoré con hambre famélica. No ha cambiado nada, de ser
posible incluso, está más apetecible. Y empecé a sentir hambre.

En la tele, había puesto un video en youtube de progressive house, donde las imágenes
eran de playas hermosas.
Como siempre, ella domina la
conversación, ella es de hablar y yo de escuchar. Escuchando se conoce y
aprende mucho. En un momento, sólo sonaba la música, nosotros nos quedamos mirándonos
intensamente, con lujuria contenida.
- - No podemos – me dijo
- - Ya lo sé, esta vez la
pasión quedará en la cabeza.
Siempre que nos vemos, me
salta la pregunta a la cabeza “Qué hubiera sido si ….”
El cariño profundo hizo, contrario
a otras veces, aplacar mis ganas de llevarla al cielo del placer por enésima
vez.
- - Nuestra pasión no es muy normal
- - Ya, me olvido de todo cuando estoy contigo, pero
debemos ser más personas y menos animales
- - Lo sé, aunque siempre hemos dicho lo mismo y al
final terminamos comiéndonos
- - Hoy te vas a comer solo, cuando me vaya
- - No lo dudes
- - Cállate, ya vamos que esta conversación se
puso peligrosa
- - Siempre nos vamos a querer
- - Si, no se que pasa contigo, pero es asi – dijo melancólica
- pero ahora nuestros caminos están separados
Mientras manejaba de regreso
evaluaba la holgada sensatez de la experiencia que estaba a punto de terminar.
Que maravilla es no amar momentáneamente a quien amas eternamente.
Al llegar, me agarró la cara con
las dos manos y con los ojos húmedos,
- - Por favor, cuídate mucho, siempre vas a ser parte
de mi
- - Sabes que siempre hago lo que tu me dices, que
te siga yendo excelente, te admiro mucho y me reflejo en ti
- - A veces pienso que tal vez …
- - No – la corté mientras le beso la mano - a veces
lo mejor es no pensar
- - Avísame cuando llegues – me dijo mientras me
daba un tierno pico
En el camino de regreso me sentía
muy contento de haberla visto, estoy muy orgulloso de ella, como si fuera mi hija.
Le voy a devolver lo mismo.
- - Ya llegué, gracias, la pasé muy bien
- - Yo también, gracias por la linda noche
- - Duerme rico
- - Tu también …… otra cosa – se mandó - me encantaría
volver a dominarte como mi amante
- - Jajaja, siempre lo seremos, aunque sea
mentalmente.
- - Hoy mismo será, jajaja
- - Obvio, jajaja
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