Yo tendría unos 6 años cuando mi
papá le compró a mi hermano un radio. Un aparato gigante que pesaba lo mismo
que una maceta, con una casetera de aquellas que tenían un botón, que por su tamaño más parecía
una gran tecla de piano, con una bolita roja y la palabra REC.
Funcionaba a corriente, pero también lo hacia con 8 pilas “D”, las mas
grandotas de todas, las que ahora ya no se usan para casi nada. La radio tenia una antena que cuando la desplegabas podía alcanzar tranquilamente mas de
medio metro de longitud. Y ni así captaba bien la estación. La antena era tan
larga, que cuando el radio dejaba de funcionar, la usaba como espada en luchas imaginarias que ya hubiesen
querido ver escritores como J.R. Tolkien y J.K. Rowling.
En aquella época no existían aún
los radios con doble casetera en los cuales podias grabar un cassette entero y
a velocidad “graciosa”, porque cuando presionabas el botón de high speed
recording, oias la grabación como si la estuvieran cantando albin y las
ardillas.
Por supuesto a esa edad yo
compartía la habitación con mi hermano, 6 años mayor que yo, que es una gran
diferencia cuando tu tamaño te obligaba a empinarte para llegar mínimamente a
la alacena donde las galletas estaban inútilmente escondidas.
No había computadoras, ni internet y por
supuesto no había teléfonos inteligentes, ni si quiera había teléfonos
inalámbricos, sólo esos armatostes con cable ensortijado que se enredaban en si
mismos y tenias que discar y discar para marcar un número de teléfono, y pobre si
te equivocabas a la mitad del discado, pues a empezar nuevamente a hacerlo por
otros 3 minutos. Habían en casa un par de televisores, que por supuesto tenia
prohibido ver, salvo un par de horas al dia.

Así empecé a oir música. Todo el
dia, a toda hora. Grupos como Hombres G, Sui Genesis, Los Abuelos de la Nada, Indochina,
The Cure, U2, Duran Duran, Van Halen, A-ha, The Clash, The Police, Phil
Collins, etc. Y entre los grupos peruanos a Frágil, Dudó, Imágenes, Miki
Gonzales (a pesar de ser español, su carrera la hizo aquí) con su “vamos a
Tocache”, “Lola, te quedaste sola”, y el mas popular de aquellas épocas por
mucho, el grupo RIO (Royal International Orquesta) con sus hitazos
“Televidente”, “La universidad, cosa de locos”, “Lo peor de todo”, este último
tema con un éxito impresionante, que describía muy bien la dicotomía de muchas
relaciones de pareja que tocaban en conciertos que ya quisieran los Yaipén broders.
Fue de esta manera que me
introdujeron, medio que a la fuerza, a la música. Todos somos mas o menos
adeptos a la música, cada uno con gustos particulares y otros con gustos
peculiares. Recuerdo un amigo del colegio, que ante la extraña mirada de sus
compañeros, nos decía sin mas y sin menos que era fanático de los New Kids on
the Block y de Magneto. Y hasta sabia todas las coreografías (pero lo bueno es
que salió sanito).
Recuerdo que con otro amigo,
coleccionábamos fotos de una cantante del grupo mexicano “Muñecos de Papel”, porque nos moríamos por
ella. Mientras todos morían por Bibi Gaytan, nosotros lo hacíamos por esta chica
que creo ahora es primera dama de #méxicocabrones.
De verde, la actual primera dama de #méxicocabrones
En aquella época uno no podía ni
imaginar en la televisión digital, el cable, Directv, Netflix ni nada de lo que
ahora consideramos indispensable. Bien lo graficó Steve Jobs al decir que a la
gente hay que venderle lo que todavía no sabe que necesita.
Entonces nos teníamos que
conformar con lo que nuestra horrorosa TV nos brindaba. En cuestión musical
estaban en onda el programa de Gerardo Manuel “Disco Club” y mas adictivo, no
por la calidad sino por la cantidad, era ese canal que duró muy poco URANIO 15.
Un dia, haciendo zapping radial,
encontré una radio que pasaba rock y música alternativa en inglés, cuyo nombre
es un juego con los números del dial y que el dia de hoy es la radio rock en
Lima. Nunca me pude despegar de su programación, sobretodo las mas tocadas del
año, cuyo ranking era pasado todo el 31 de diciembre, en un programa a todas
luces grabado semanas antes de ese dia.
Pasaban (aún lo hacen) rock del
bueno, tanto que cuando tenía unos 15 años, llegaba del colegio y me ponía a
escuchar a todo volumen y a cantar como descocido las mejores de Metallica,
Nirvana, Mötley Crüe, AC/DC, Sepultura, Alice in Chains, Pantera, etc. Recuerdo
que un dia mi madre vino a pedirme que la acompañe a comprar una pizza, ante lo
cual salí corriendo casi volando, pero en realidad se trataba de una excusa
para terminamos desviándonos hasta el consultorio de la psicóloga, por “escuchar música satánica”. Recontraplop!!
Mientras a mi me pasaba esto, con
las prohibiciones por parte de mi madre para escuchar dicha música, lo cual
pensaba que yo cumplia a cabalidad pues desconocía ella, la existencia de los
muy útiles audífonos; la mayoría de mis amigos les gustaba oir salsa, merengue
y ritmos mas latinamente aceptados. Fuera claro, del presidente del club de fans
de los New Kids y Magneto, que hasta tenia su mochila adecuada para el caso.
Hasta que alguien, no recuerdo
quien, me introdujo al alegre mundo de Bob Marley, el reggae (no confundir con
reggaetón pa favarr), música tan poco
entendida por la mayoría de gente, que la tildan de aburrida. A pesar que no me
gusta bailar, me faltaban las patas para saltar en conciertos de Alpha Blondy,
Steel Pulse, Gladiators, Pochi Marambio, Gilberto Gil. Una vez fui a un
concierto de los Wailers, pero me pareció tan malo que no salté, ni repetí. Pero
en general, de aburrida nada de nada.
Desde la tierra de Didi Drogba, Alpha Blondy
En España, un dutchie me presentó
musicalmente a Tiësto el gurú de la actual electromusic, con lo cual le empecé
a sacar la vuelta al reggae y a encoñarme con la música electrónica, la cual
estoy escuchando mientras escribo este insalubre post, con mis fieles audífonos
y a un volumen que los mismos fabricantes de los audífonos califican de no
recomendable.
Aunque también disfruto un poco
de la música palbailetón, incluso de la música clásica, estos 3 tipos de música
son los que me engancharon en su momento y aún ahora comparten auriculares
conmigo. Como diría Badani, para que terminar si podemos compartir y ser
felices.
Hace poco se me cruzó una canción
me llamó la atención por la buena onda que lleva. El video es muy cursi, pero
da un mensaje muy positivo y reconfortante para la sociedad en la que vivimos,
en la que lamentablemente predomina el prejuicio y el egoísmo. Básicamente
trata que tomemos conciencia de que con un cambio de actitud en cada uno, viviríamos en un lugar mas cool.
Se lo dejo para que lo disfruten
y les alegre sus próximos 5 minutos. Sean felices.
The Mowgli´s "San Francisco"
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