Cuando tenía
16 años no lo conocía nadie, sólo su mamá y la señora de los helados. Ya jugaba
en el Barcelona y la Federación Española lo quería para su selección así que le
hicieron la propuesta. Él la rechazó. Quería jugar con su país, sin tener la
certeza de que algún dia lo llamarían y con el riesgo que España retire su
oferta en el futuro, con lo cual se quedaría sin jugar en una selección. Asumió
un riesgo que la mayoría de los que lo critican nunca ha asumido.
Si Messi se
iba con España, a la fecha habría ganado lo mismo en el Barcelona y además
sería multicampeón de selecciones: campeón del Mundo 2010, de 2 Eurocopas y nunca
sabremos donde hubiese llegado España en
Brasil 2014 si Messi jugaba con ellos.
Pero igual se le criticaría de oportunista y de traicionar a su país, o
de cualquier cosa, porque es natural en el ser humano querer bajarse al mejor,
al que sobresale, porque eso es más fácil que intentar escalar hasta donde está
él. Por envidia e incapacidad de superación, se tiende a odiar al que le va
bien.