domingo, 13 de octubre de 2019

La historia sin fin

8 meses después volvió a pasar, esta vez más intenso, más profundo, más mágico.


Tal vez esas tonterías del hilo rojo, del amor de vida, de la conexión espiritual, sean verdad.

Tal vez ella se sienta igual, tal vez no. 

La cosa es que esto no va a terminar, y nos vamos a arrepentir el dia que nos demos cuenta que debimos enfrentarnos y  unirnos física y emocionalmente de por vida. Porque eso es lo que la vida nos está pidiendo a gritos.  Pero seguimos jugando al "si debe pasar, pasará", en una ola de pasividad que nos hará lamentar cuando no haya vuelta atrás.

Nuestros caminos son muy distintos, tenemos vidas totalmente antagónicas, ella tan correcta y yo tan rebelde. Ella tan elegante y yo tan relajado.  Pero nuestros corazones se quieren juntar, y obvio no les hacemos caso. Al final quieras o no, manda el corazón, aunque vaya en contra de la lógica social.


domingo, 23 de junio de 2019

La cosa de las miradas, esas que te enseñan el alma, es peligrosa.  Cuando se encuentran 2 miradas que se mantienen un par de segundos solo, pero parece mucho más tiempo, ambas personas se dicen, tal vez incluso de manera involuntaria, que hay algo ahí. Y si conlleva una sonrisa adjunta, el destinatario se siente como bife a la parrilla, al punto de meterle diente, con su buena ensalada y aji de la casa.

Suelo tener ratos, momentos, de no bajar la mirada cuando siento que alguien me mira. No es siempre, pero es como un juego a ver quien la mantiene más. Con hombres no hay problema, al cabo de poco terminan bajando la mirada. Normalmente gano. Y a mi que no me gusta ganar.

Con las mujeres la cosa es distinta. No todas evidentemente, tristemente no las que quisiera, pero algunas mantienen la mirada y al rato me sueltan boca sonrisa que me hacen pensar “ay ya la cagué” porque mi intención no es darle alas a quien no va a poder volar. Si fuera la que me gusta me quedaría pegado mirando, pero en estos casos suelo hacerme el locaso.

Lo bonito es cuando estás mirando a tu bendición, de forma caleta, como siempre sin que se de cuenta y de ahí voltea y te clava sinvergüenza mirada sostenida por varios segundos, y no una, ni dos, ni tres, sino unas varias veces más.

Es riquisimo el comecoco que te haces cuando ello sucede “pero, ¿por qué me mirará así? ¿será por la misma razón que la mía o por otra menos babeante?

La primera es casualidad, al segunda es porque ella querrá confirmar sus sospechas, la tercera ya es consentida y a partir de la cuarta ya es coquetería. Al menos asi lo siento yo, y claro, alguna vez la he cagado.

Esta chiquita es bien mirona, es muy fácil encontrarle la mirada. El otro día estábamos ahí, donde siempre, haciendo lo de siempre, cuando me dije “quiero decirle me gustas, sin palabras”. Entonces decidí hacer el juego de la mirada inocente. La iba a mirar hasta que ella conecte su mirada con la mía y cuando ello sucediera, iba a poner cara de asustado, voltear la mirada muy rápido y negaría con la cabeza mientras miraba hacia el suelo. 

Todo esto, con mi inocente intención de hacerle creer que en mi cabeza estaba pasando un pensamiento de remordimiento y vergüenza de haberme sentido ampayado con las manos en la masa, in fraganti, en algo que no quería que nadie se diera cuenta.

Imagina que estás mirando a una persona que te gusta mucho en silencio, pero no quieres que se dé cuenta. Si esta persona voltea y te ampaya en una, tu carga de conciencia será tal, que pensarás que dicha persona te ha leído la mente, justo de lo que pensabas mientras la mirabas. Es decir, creerás que ya se dio cuenta que estás por ella a mil por hora.

Ella estaba a unos 3 metros de distancia, justo en frente mio. Cuando la miré, no pasaron ni 2 segundos para que ella levante la mirada del celular y me conecte visualmente. Fue perfecto, todo salió a pedir de boca.

En ese momento, puse mi cara de asustado de “uy se dio cuenta que la estoy mirando con estupefacción” y giré la cabeza rápidamente para fingir la absurdez del intento que no se diera cuenta. Vamos todo estaba planeado. Mi intención era que ella piense que me había cogido in fraganti, y que yo no quería que se diera cuenta, cuando en realidad era lo que quería.

Una vez que ella se dio cuenta que la estaba mirando, se acercó y me empezó a hacer la conversa. Como diría Anibal Smith, me gusta cuando un plan se concreta.

La secuencia de miradas libidinosas siguió, como en un jueguito inocente, sonrisas iban y venían. Cuando yo me doy cuenta que el tema va en doble sentido, me las doy de desinteresado, me gusta landear el asunto. Mientras más larga la espera, más rico es el enganche.

Luego de unos días, cuando la mirada se había estandarizado, sin haber hablado de ello, sin haber evidenciado nuestros deliciosos y profundos deseos sexuales por el otro, sin si quiera haber hablado mucho, la vi distraída en el teléfono, y para variar levantó la mirada y nos quedamos mirándonos sin roche, sin sonreir, sin hablar, sin pestañear, sin sentir culpabilidad.

Mientras seguimos mirándonos, me le acerco lentamente, ella abrió un poco los ojos, como sorprendida y nerviosa.

Cuando llegué donde estaba, habían sido unos 2 metros de caminata con la mirada clavada, ella me sonríe y me dice que está “cansadita”.

Yo la sigo mirando sin sonreir, sin hacer caso a lo que me decía, su cansancio era obvio, una excusa para llenar el vacío silencioso que reinaba entre las miradas, ahora a corta distancia.

- Si nos seguimos mirando así, tarde o temprano uno de los dos se va a terminar derritiendo, y hay muchas probabilidades que seas tu.

Le dije con toda la conchudez del mundo, porque la verdad, sentía por dentro que el que se iba a derretir ya en ese momento, era yo, si es que ya no había empezado a hacerlo, porque las rodillas me temblaban y el pecho se me salía.

Cuando oyó eso, ella dibujó una super sonrisa tímida en su carita linda, bajó la mirada mientras sus cachetitos se ponían rojitos y luego soltó una dulce, tímida y baja frasesita:

- Eres un idiota -  me dijo, mientras su sonrisa me daba la mayor alegría del año.



domingo, 2 de junio de 2019

He conocido a la chica de mis más renuentes y deliciosas pesadillas

He conocido, sin querer queriendo, que es la forma más deliciosamente embaucante pues te agarra desprevenido, a una chica encantadora.

Como suelo ser, no sé porque mi naturaleza es así, cuando diviso una chica con un intensa belleza física, tiendo a retraer, contra mi real querer por supuesto, todo atisbo de alago o amistad forzada, incluso le hago entender que para mi casi no existe,  ya que entiendo que suele estar acostumbrada a los “babas” término distinguido en España para referirse a aquellos galanes tira labia que se saben todos los adjetivos magnificadores de la belleza femenina que van desde “diosa” hasta “princesa” dejando en medio unos varios más.  Es decir, siento que es una chica acostumbrada a que se le tiren a los pies, y hacer lo mismo sería entrar en el común denominador siendo igual a todos, sin destacar, ocasionando que mis posibilidades, aunque remotas, disminuyan.

Es paradójico, e incluso puede ser estúpido, pensar que para que se fije alguito en mi, tengo que hacerle entender que me es indiferente. A veces funciona, otras no tanto.

domingo, 19 de mayo de 2019

La estrepitosa realidad de la ciudad prohibida

Sali corriendo porque, para variar ya estaba tarde. El taxi me esperaba ya en la puerta y yo ni si quiera me había puesto la corbata, claro en el taxi será. Era evidente esperar el tráfico de un día de semana por la mañana, gente estresada por la ingente cantidad de carros que ocupan la ciudad.

Esta es una gráfica bastante representativa de nuestra sociedad. Valoramos más nuestra dependencia al estatus, prefiriendo luchar contra el tráfico que adquirir otros medios de transporte que nos enfrasquen menos y nos diviertan más. Pero entendemos esto último como signo infravalorado de nuestra capacidad de tener.

Muy bien lo podemos ver en aquellas ideas espectaculares de tan idílico alcalde que pensaba que el tráfico se combate con menos parques y más carriles.

 Los países con mayor desarrollo socioeconómico tienden a minimizar el uso del automóvil, pero nosotros vamos unos añitos por detrás. En Holanda, Alemania y los países nórdicos priorizan al transporte ecológico sustentable antes que la proyección de la imagen de valor que creemos que nos da la capacidad de adquirir un auto.

1 hora es mi tiempo estimado desde San Borja hasta el centro empresarial. Si fuera un domingo, el tiempo sería, según maps, de 21 minutos.


domingo, 5 de mayo de 2019

Eres un guapito pituquito de mierda

Estos son un grupo de amigos de toda la vida, super diferentes unos de otros pero acostumbrados a gestionar sus indiferencias en base a la cantidad de años que se conocen. Separando que todos han madurado, cada uno en su estado, cuando se juntan, el grupo que se forma gestiona una inmadurez colectiva casi imperceptible para los que lo conforman, pero evidente para los que observan desde fuera.

Podríamos, en buena fuente, diferenciar a los integrantes en las siguientes categorías: El carismático, el equalizador (especialista en mantener el equilibrio), el quejoso y el rebelde social.

Pocas veces se reúnen, por distintos caminos de vida, pero cuando lo hacen salen las personalidades características fijas de la identidad individual.

Sábado 9 pm, barranco, bar característico de la zona con decenas de años de existencia rural, mesas de restaurante, sin música, los comensales son extranjeros o bohemios y gente como este grupito ansiada de mirar algo distinto a los bares de siempre. No es necesario viajar para conocer otras culturas.

Luego de las 7 pm es difícil encontrar mesa, por lo que tuvimos que esperar fuera que se desocupe una, con suerte una distante al baño que suele regalarnos olores inopinados de biológica procedencia. BTW, puedes ponerle un poco de bicarbonato a la olla de frijoles que te zampas en el almuerzo, chavalito.


domingo, 21 de abril de 2019

El pantalón roto y el culo al aire

Eran aproximadamente las 7:30 am cuando la movilidad me dejó en la puerta del colegio. Desde la entrada hasta el patio podrían ser unos 5 minutos caminando, así que empecé a correr con todas mis fuerzas para llegar rápido.

No era porque quería estudiar o algo, porque la verdad me interesaba muy poco.  Pasaba que aproximadamente a  las 7:45 am ya deberíamos estar formados para rezar y cantar antes de entrar a clases. Todos ahí bien rígidos como soldaditos sin respirar mucho y por supuesto sin pestañear, porque nos caía un golpazo de parquet en la mano inhábil, pues a la mano hábil le esperaban horas de apuntar y apuntar dictados absurdos. Es que en esa época, al parecer, todavía no se enteraban de la utilidad de los libros, razón aparente por la cual nos obligaban a apuntar absolutamente todo.

Lo que sucedía entes de esa hora era lo realmente importante:  jugar fulbito en el patio del colegio con una pelota de trapo llena de papeles.

domingo, 14 de abril de 2019

Conversaciones en la Catedral

Conversaciones cualquiera, entre 2 peruanos cualquiera, en una dimensión cualquiera. Llamaremos a los interlocutores agente A y agente B, de forma indistinta, podríamos ser tu y yo, o yo y tu. O no, lo que tu quieras.

A: Oye, que ricas están las aceitunas

B: Si pero son con pimiento, mejores son las aceitunas con rocoto

A: ah, bueno

_______

A: Oye que rica esta cerveza

B: Si, pero está un poco caliente, helada es más rica, además la otra marca es mejor

A: ah, bueno

______

A: Oye, que bonita esa chica

B: Si, pero cuando sonríe mirando al noroeste, en noche de luna llena, entre 9 y 9:15, se le ven los dientes un poco chuecos

A: ah, bueno

__________

A: Oye mira he bajado de peso!!

B: Si, pero cuando bajas de peso se te va la grasa de la cara y te salen patas de gallo, y eso es peor

A: ah, bueno

domingo, 7 de abril de 2019

La universidad es una cosa de locos

Cuando se cerró la puerta me quedé confundido.

Pensé que la presentación no había salido como esperaba. Suelo controlar mucho los gestos ya que decimos más por los gestos, movimientos y entonaciones que por las mismas palabras. Estas últimas se pueden dirigir, los otros no. La Directora frunció 3 veces el ceño, bajó la mirada a los documentos y se perdía de rato en rato de lo que le estaba diciendo.

En un momento se paró y salió de la sala, cuando entró de nuevo me preguntó cuando podíamos empezar.

Mientras intentaba bajar la intensidad del momento para no crear situaciones que no habían sucedido, caminaba por aquellas veredas de la universidad que tanto recorrí cuando era estudiante, los recuerdos venían a mi memoria de forma incesante, como aquella vez que luego de una práctica de Mate 1 en generales, con todo el pabellón de estudios generales lleno de gente, me paré en una jardinera para buscar un amigo entre la multitud y cuando lo encontré salté al suelo con tan mal cálculo que terminé aterrizando con los brazos hacia delante y la mochila en la espalda que no estaba cerrada y todos mis papeles y cuadernos salieron volando delante de todo el mundo. Papelón total, pero me hice el loco, me paré como si no hubiera pasado nada y fingiendo que no escuchaba las carcajadas de todos los presentes cercanos a mi. Dignidad ante todo, incluso si tienes que comerte el dolor en la rodilla para no cojear.



Parece que fue ayer. No se trata tanto que la vida pase muy rápido, sino que nuestra capacidad de guardar las experiencias importantes es más intensa y los recuerdos archivados quedan más a mano cuando crecemos, y nos acordamos tan bien de ellas, que parece que ha sido hace poco.

¿Le dije el precio del proyecto? Porque en la universidad todos son muy buenos y agradables y les interesa los servicios que les ofreces hasta que les dices el precio, como si no tuvieran, que son S/. 700 de promedio del crédito por 10,000 estudiantes mas o menos. Si son 20 créditos de promedio por ciclo, cada estudiante paga un promedio de 14,000 soles por ciclo. Si lo multiplicamos por 10,000 alumnos nos quedamos sin pelo. Pero para invertir en proyectos de estudio de la humanidad del ser, pues resulta que no les alcanza la plata.

Pero me dijo “cuando empezamos?”, o tal vez me lo inventé y me dijo ándate a tomar por culo, y por el sonido del aire acondicionado entendí mal.

Cuando paso por el pabellón de Derecho, me quedo un rato mirando, hacia la biblioteca. En la plaza de en medio  hay una estructura de metal que parece el caparazón de una tortuga biónica, que muy bonito pero innecesario, vamos que sabemos que al no tener fines de lucro, tienen que gastar excesos de activo.



Cuantas tonterías hicimos en ese patio. El pabellón de derecho en frente del pabellón de comunicaciones, los que iban en terno a dar examen oral, frente a los que iban en pijama a filmar sus cosas. Tremenda ensalada se hacía en medio. Igual yo siempre me sentí más identificado a los de enfrente, pero no me daba cuenta.

Recordé la primera clase de la facultad, cuando el profesor nos hizo salir uno por uno al frente a hablar delante de todos, exponiendo la causa principal por la cual estudiábamos derecho. Que puto roche, pensaba. Cuando salí, rojo como un tomate, con miedo de caerme como aquella vez en estudios generales, levanté la mirada y vi como 60 ojos juzgadores atentos a mi como si estuviera a punto de decir la clave de la vida ¿Cuándo coño están unos chavales de 17-18 años tan atentos?

Dije lo que se me salió del alma, “quiero estudiar derecho porque quiero ayudar a las personas a encontrar justicia” cuando terminé miré al profesor como pidiéndole por favor que me deje ir a mi sitio y volverme invisible de nuevo. 

Justo en ese momento vi la carita de una chica que me enamoró y gracioso fue que años después tuviéramos un tórrido romance. Que todavía no pasa, pero se la tengo jurada y en cuanto se descuide …. Es que cuando se me mete algo en la cabeza, ya puede correr todo lo que quiera, pero no esconderse. Hablo de personas y situaciones.

Quien diría que luego de muchos años, esa situación que tanto me incomodaba, de estar hablando frente a un grupo de gente, se me hiciera tan excitante, fácil y deliciosa.

Se pasearon por mi cabeza todos los hermosos galifardos que felizmente acompañaron mi camino universitario, unos más diablos que otros, y que ahora andan la mayoría tan maduritos y seriecitos, con su diligente excepción, aquel carismático que sólo envia audios al grupo de wasap que casi nadie escucha.

Me acordé de aquella olimpiada de derecho en la que hicimos justo papelón en el campeonato de fulbito, pero nos importó poco porque de ahí nos pusimos a coleccionar muchas chapitas de cerveza.

Recordé aquella tristemente situación mediática que sucedió en un almuerzo de derecho que tuvo a mal traer a una buena amiga durante buen tiempo.  Cuando una persona quiere mentir para hacer daño, puede hacer mucho daño, incluso a gente que está fuera de su radar del perjuicio.

Regresé a mi, ya estaba llegando al estacionamiento que está detrás del pabellón G. Cuando subí al carro y cerré la puerta me quedé pensando.

Total ¿en que quedamos al final?

La madre que parió a mi concentración!



domingo, 24 de marzo de 2019

Al final el mamón del ford fiesta blanco y el jersey amarillo voy a ser yo

Cuando llegaba no miraba a los ojos,  se entretenía con lo que tenía que hacer, con sus audífonos que rompen el silencio con música electrónica.

Su pelo castaño lacio cae encima de sus hombros, sus ojos redondos con pestañas largas, te hacen ver a un hermoso ángel con capacidad de inferir placer tan sólo con su sonrisa angelical, que sólo la muestra cuando le digo un bonito hola.

-                                 - Que buena playa, estás bronceadita
-                               -   Jajaja si, estuve en Punta Hermosa el fin de semana
-                              -  Que rico, que tal lo pasaste?
-                              -  Bien, en playa blanca en el día y en la noche nos fuimos a una fiesta.
-                             -  Con quien estuviste?
-                             - Con unas amigas y mi novio
-          
El proyecto lo trabajamos de forma semipresencial, nos juntamos 2 veces por semana y luego gestionamos el avance a distancia gracias a la maravilla del internet.

No me costó mucho soltarle confianza, fue preguntarle por sus tatuajes, sus fds y hablarle de música, para que se suelte. Especialmente bonito es el tatuaje que tiene en la muñeca con su firma. La falta de confianza inicial se convirtió, en pocas semanas en confianza absurda, al punto que ya me dice flaco o cabezón.

Me encanta como se viste, no tiene intención de verse más bonita a través de la ropa o maquillaje. Claro que no lo necesita. Va en jeans y zapatillas, pero se le ve superlinda. Con el viejo truco de jugar con su pelo de rato en rato me deja alucinado. Intento hacerme el loco o el duro, pero por dentro estoy que me derrito, mala señal para el proyecto. Y para el novio.

domingo, 10 de marzo de 2019

Conversaciones con mi búho



Yo mono (m) : Yo no necesito mejorar como persona, yo estoy muy bien, tengo todas las respuestas para lo que necesito y soy un amor de persona, sin carencias ni debilidades. Si nuestra sociedad no se ha desarrollado lo mínimo necesario, se debe desde luego, a culpa de otros, nunca mía.  Yo soy listo y tengo todo lo que necesito.

Pero ¿qué es lo que yo necesito?

     1)    Un par de zapatillas o un perfume que no me hacen real falta pero me hacen ver bien bonito, y es barato, cuestan sólo S/.300.

     Yo Búho (b):  Hola Daniel, soy tu último nivel de consciencia, y antes que me termines matando por vivir en cruise control, te voy a susurrar algunas cosas:

    Tal vez te sirva para creer que te ves bien bonito y para aparentar mucho, subcortical forma de alimentar superficialmente tu autoestima,  pero de esto último no te das cuenta porque estás mirando taradamente tus zapatillas,  o tal vez, si te das cuenta pero no te interesa trabajarlo de manera profunda, porque piensas "así soy y así me quieren y si no, ahí está la puerta"

Total, es más fácil comprar otro par de zapatillas que te alegrarán la vida por unos cuantos días más, ojalá hasta fin de mes, cuando apuntales nuevamente tu tarjeta de crédito hacia una nueva inyección de superficial felicidad.

   

domingo, 3 de marzo de 2019

Un día en el gimnasio


No me gustan las multitudes, por eso no me gusta cuando el gimnasio está lleno. Es que la sensación de no poder moverme a voluntad o sentir invadido mi espacio. Pero lo que más joroba, son los que van al gimnasio porque al parecer los botan de su casa.

Está el que va al gimnasio a ver Netflix el muy hijueputa. Se sienta en las máquinas a ver Luis Miguel el muy cabrón, ocupando sitio innecesariamente, totalmente desatendido de lo que sucede  a su alrededor, y cuando le pides la máquina, por estar con los audífonos y con la mente en la luna, se demora en darse cuenta que le estás hablando y luego te mira a una velocidad absurdamente lenta.

 No me jodas chaval, si te botan de tu casa, ándate al parque a ver Luis Miguel. Encima, en lugar de llevar su botella de agua, lleva su coca cola para acompañar el muy pendejo. Ya en esas, le faltará poco para ir al gimnasio con canchita y hot dog. Da ganas de ir por detrás, quitarle los audífonos rápidamente y gritarle : despierta!!

Se pegaría un salto hasta el techo. Pelao.

domingo, 17 de febrero de 2019

Una ciudad de 4 pisos


Estuve meses intentando ubicar piso por internet antes de ir, pero la cruda realidad me hizo reservar un hotel por 1 semana. El flujo de encontrar piso se hace básicamente en persona, la gente quiere conocer directamente al inquilino, asi que mis intentos por hacerlo por videollamada fueron infructuosos.

Mi segunda candidez fue pensar que luego de 1 semana en un hotel, iba a encontrar piso.  Jajajaja se burló la realidad de mi.

Lo único bueno del hotel eran su ubicación y la recepcionista argentina.  Aunque como no conocía la ciudad, sólo iba del hotel a la escuela y de ahí salía a caminar como si estuviese atado al mismo con una cuerda de unos 300 metros de longitud. Salia, caminaba un poco y decía, ya hasta aquí está bien, y volvía por sobre mis mismos pasos.

Buscaba piso por internet, llamaba, escribía, vi un par pero quedó en nada. Tuve que sacar un piso en Airbnb por 2 semanas.

Estaba a 3 cuadras de la Sagrada Familia, mi compañero de piso era Jose María Tarragó, un tio de unos 70 años que iba solo por la vida, no tenía a nadie, por lo que rápidamente nos encariñamos mutuamente. Me contaba sus historias de amores intensos en Marruecos, Italia, Panamá, India y etc. Era un don juan que tenía historias por todo el mundo.

En ese momento,  me contó, se estaba trabajando a “una chavalilla de 45 añitos”. 

domingo, 10 de febrero de 2019

Si fue más que un hasta luego

Cuando se cerró la puerta del ascensor me di cuenta que tal vez nunca más iba a estar ahí. Mientras bajaba hasta el sótano con mis 2 maletas bien cargadas, sentía un nudo en la garganta muy amargo que no me dejaba hablar.

Ella me apretaba la mano muy fuerte mientras me decía lo lindo que iba a ser cuando ella vaya, que íbamos a conocer mucho y viajaríamos a París y Roma. Con la mirada perdida en las maletas, no atinaba a responder.

Mientras miraba por la ventana las últimas imágenes melancólicas de la ciudad, sentía que quería bajarme del carro para perder el vuelo y decirle que mejor nos íbamos el fin de semana a la playa, a hacer parrilla y tomar chilcanos, como tantísimas veces.

Esperando la hora del vuelo en el food court del aeropuerto, me conversaba de lo traviesos que eran sus perritos, con la finalidad que se me vaya la tristeza. Yo sólo le sonreía, intentando no llorar. No comí nada de lo que me pedí, no tenía hambre.

Nunca me han gustado las despedidas, y ahora tenia que hacerlo de la persona que más quería, en teoría momentáneamente.

Nos despedimos en la puerta de la zona de embarque, nos abrazamos fuerte

-                - Te quiero
-                -  Yo también

domingo, 3 de febrero de 2019

El halcón y la cotorrita

Los halcones son aves de presa conocidos por su eficacia en la caza y sus fabulosas habilidades de vuelo basadas en su velocidad y vista privilegiada, que le permite visualizar a su presa desde largas distancias.

El héroe de nuestra historia es Falco, un halcón valiente, grande y poderoso, que cuando visualiza una presa, inicia una persecución implacable que normalmente termina ganando, devorando a su presa con ganas, e incluso la presa con placer de estar siendo comida por Falco.

Aquella vez, hace muchos años, Falco divisó una presa sabrosa y deliciosa. Se lanzó en picada para capturarla y comérsela, pero la presa tuvo la pericia, adquirida por la experiencia de muchos ataques previos, de realizar un escape estratégico.

La persecución fue larga y sentida, durante varias lunas con sus días. Luego de algún tiempo, Falco se dio cuenta que para capturarla, tenía que cambiar de estrategia, así que decidió acercarse de otra manera, menos depredador y más estratégico.

domingo, 27 de enero de 2019

Cuando dominas la pasión

Cuando pasé a recogerla, estaba esperándome sentada en la silla del guardian de la casa en la que se estaba quedando. La falda corta hacía que se le vieran las piernas cruzadas bien bronceadas, firmes y duras como siempre. La sensualidad femenina es innata en ella, a tal punto que el roble más firme se puede tambalear como un débil helecho.

Cuando subió al carro, nos miramos sonriendo un rato sin decir nada, como escudriñando aquello que por mucho tiempo que haya pasado, sabes que en parte sigue siendo tuyo. Esa complicidad de tantas aventuras inocentes y perversas marcadas en la piel como como se hace con el ganado para profesar al mundo la autoridad que se tiene sobre el benefactor.

A pesar de tener toda la confianza del mundo, la conversación mientras buscaba la salida más cercana a la via expresa, era nerviosa y superficial sobre carrera y relaciones sociales. Estaba contenta con su vida, tenía todo lo que quería y más. Esa ambivalencia de mujer segura y tierna es tentadora.

Paramos en un semáforo, mientras ella hablaba sin parar como loro tartamudo, bajé la mirada hacia aquel cuerpo que tantas veces devoré con hambre famélica. No ha cambiado nada, de ser posible incluso, está más apetecible. Y empecé a sentir hambre.

domingo, 20 de enero de 2019

Yo corro, tu corres, vosotros correis, ellos corren

Hace medio año corría 85 kms por semana, casi sin notarlo por la costumbre. La gente me decía que andaba muy flacote, pero yo no lo veía. Me sentía bien. Nunca me pesaba, hasta que un día divisé una balanza distraída y decidido fui corriendo a atacarla. 

 Su respuesta fue un gancho en pleno cacharro, me dio insultantes 68 kilos, peso pluma.

 Fue tal la impresión, que dejé de correr 1 mes, y empecé a alimentarme como caballo. En ese mes comía un panetón por semana y alrededor de 3 panes, un plátano, un huevo, media piña y un café de desayuno. Después de ese mes me volví a pesar y estaba en 75.

Claramente se había acabado el recreo y volví a las pistas y le bajé a los panes en el desayuno. Extraño aun mi panetón semanal.

Los domingos toca fondo. Antes hacia entre 20 y 25 kms pero ahora sólo hago 18. Para no desintegrarme y además el sol quema duro. Dicho sea de paso, no me levanto a las 6 am del domingo para correr. Salgo cuando me levanto, dependiendo de la noche anterior.

Muchas veces he salido con facunda resaca que se me quita toda en km 7 pero como Luke Skywalker, cuya aliada poderosa es la fuerza,  vuelve risueñamente empoderada 1 hora después de haber terminado.

sábado, 12 de enero de 2019

2019: Un sereno, una venezolana, un loco y una platónica



Las personas somos seres de costumbres. Casi la totalidad de las cosas que hacemos estando conscientes las hacemos de forma inconsciente a través de hábitos.

Para no romper con esta nefasta realidad, el primer sábado del verano del 2019 lo pasé de la misma forma que el último sábado del verano 2018: sin estar en la playa.

La verdad es que me gusta la ciudad en verano, casi no hay carros por la calle. Había salido un sol poderoso que exhortaba tomarse una sino dos cervezas super heladas.

Entonces como todo Batman tiene su robin, le escribí “solazo, vente a mi casa para unas chelas”. Cayó sobre las 5 y nos sentamos en el balcón a refunfuñar por estar en lima y no en Máncora.

Además del reggaetón, nuestro entretenimiento era ver como el sereno daba vueltas y vueltas al parque. Se habrá dado unas 48 vueltas caminando al parque. En una de esas se apareció con una botella de gaseosa que no vimos de donde la sacó. Tal vez fue a la bodega que está a 6 cuadras para luego volver a su buena rutina de trompo mareado alrededor del parque.

Que aburrido debe ser ese trabajo, sin nada que hacer ni en que pensar. Cuando no hay situaciones que resolver el cerebro tiende a buscar algo de que preocuparse, porque necesita resolver situaciones, es uno de sus principales trabajos. Entonces al no tener nada en que pensar, se inventa historias y es cuando aparecen los “miedos fantasma”. Es decir, una mente ociosa se inventa problemas que no existen.

Al rato llegó el supervisor en moto. El sereno sacó su libreta y empezaron a conversar mientras el trompo la leía.  Creemos que le hacía el reporte de sus vueltas al parque : Primera vuelta, sin novedad, segunda vuelta sin novedad, tercera vuelta sin novedad, cuarta vuelta sin novedad, y asi hasta la número 48.

Sobre las 9 de la noche, y como 8 latas de cerveza y sendas visitas al baño,  escribimos a tutiplén, con obvia y ausente respuesta, salvo la de un loco amigo de la infancia que estamos seguros, oye voces, pero felizmente le dicen que haga de payaso o reniegue de todo. De ahi no sale.



Sobre las 10 nos subimos a la camioneta de robin y nos fuimos al bar del cual nos estamos volviendo caseritos. Es que hay una mesera linda. Como buena venezolana, es super amable, conversadora y risueña.  Hasta para decirte hola, te clava los ojazos verdes mientras te mete un uppercut con su sonrisa que te deja groggy. Y a mi me gusta el golpe, que le vamos a hacer. Es super delgadita, con un cuello fino y una voz angelical.

-Hola chicos, como están? - nos dice sonriendo mientras nosotros balbuceamos una respuesta similar, inmersos en una mezcla de cebada y sonrisa. Madre mia como está la chama.

Al rato llegó el loco. Estuvo filosofando sobre la primacía de nuestro placer urbano por sobre la autorrealización familiar, vamos que ni un cura nos hubiera echado tanta bronca.   En otro momento le hubiera hecho espejo para que dé cuenta que la influencia que ejercemos sobre él es tan fuerte, que lo hace estar pendiente de lo que no hacemos por haber perdido la libertad de sus antiguas máximas convicciones, ahora transformadas contra su esencia. Vamos lo que se llama envidia de posibilidad alterna. Pero estaba yo muy bebido y embelesado con la magia de miss Venezuela, que intentaba dejar de prestarle atención, pero es difícil.

Y es que cuando empieza a hablar, te jodiste porque no parará nunca. Seguro debe seguir hablando ahora mismo el muy pendejo, porque también habla solo, claro. Pero fuera de su intensidad, te hace reir. Incluso tiene un grupo de wasap sólo para el y su alterego.

Cuando decidimos que ya era hora de marchar, me acerco a miss caribe, y le recrimino, en buena manera, de la razón por la cual no me habia escrito.

 La vez pasada le pedí su numero y en acelerada respuesta, que me hace pensar que es su modus operandi, acostumbrada a este delicioso juego del toma y dame, me pidió el mio y dijo que me escribiría.  Y vamos, yo que cuestiono todo lo que veo y escucho, estaba ya como para creerle.

Su respuesta fue célebre, aun no entiendo como reuní tanta fuerza para no estallar en carcajadas en su mera pretty face.

-Es que se me perdió tu tarjeta – me dijo – no tienes otra?

- Si, tengo 700 más porque salen por millar – pensé.

- No, justo acabo de entregar la última - fue mi irónica respuesta.

-Ah entonces dame tu teléfono y te grabo – me dice.

Torpemente saco mi teléfono e intento buscar mi número, porque claro, no me lo sé. Fue cuando ella muy segura de si misma, me sacó el teléfono de la mano, entró rauda a mi guasap, entró a mi perfil, vio el número, lo apuntó en su teléfono y me mandó una carita, sonriente claro está. Luego me devolvió el celular. Todo en 4 segundos, denotando un entrenamiento envidiable durante 25 años.

-          - Perdona, me siento un poco ….

-          - Ebrio – me responde

-          - Nooo que va. Bueno si.

Me despedí con un delicado y confiado beso.

Camino de casa, mientras en mi cabeza sonaba la canción "I feel good" de James Brown, veo su foto de perfil. Estaba ella con un hombre y una niña, todos abrazados. Me había dicho que no tenia novio y al parecer, tiene esposo e hija, tal vez en Venezuela. Pero bueno, querrá echarme un polvo.


Al dia siguiente, su foto de perfil cambió a una en la que sale sola, mirando a la cámara con esos ojazos verdes y (claro que adivinaste) una gran y hermosa sonrisa.

Le iba a escribir, pero en eso me llegó la respuesta de una platónica. No llega a ser amor, pero si platónica, que me hace temblar cuando me mira. Y es platónica por una razón que no me queda muy clara o en mi característica rebeldía, me niego a entender.

Y estuvimos hablando toda la semana, por lo que me olvidé de miss Venezuela.

Tal vez con el riesgo que la omisión de interés por mi parte, haya mojado la llama de la oportunidad. Que a miss Venezuela no le faltará galifardos que se rindan a ella.

La verdad me da igual, es que la platónica es lo que es.

Siempre quiero lo que no puedo tener. Aunque al final siempre lo obtengo, no es en la forma en que quisiera. Y ya van varias.

Me acaba de llegar un mensaje de la platónica.

Uy!