Esta es la famosa historia de los
gemelos Fernando y Francisco. Se
originaron en una fecundación típica, es decir cuando un espermatozoide fecunda
a un óvulo, pero luego el embrión resultante se dividió accidentalmente en dos,
compartiendo el 100% de sus genes y el mismo útero por 9 meses.
De niños hacían todo juntos, de
la misma forma y al mismo tiempo. Uno
era la sombra del otro. Su padre, un banquero de la vieja escuela, siempre les
inculcó como regla firme, que debían buscar el éxito en la vida, cueste lo que
cueste, sin desanimarse a pesar de los obstáculos.
A medida que iban creciendo fueron
apareciendo sus diferencias. En el
colegio, Fernando era uno de los mejores
en matemáticas, mientras que Francisco empezó a destacar en el deporte. Ambos con la mentalidad que su padre les
inculcaba, que no había mejor resultado que el que se conseguía con el máximo
esfuerzo.