jueves, 3 de diciembre de 2015

El subestimado y malinterpretado poder del no


Este se trata sobre una chica a la que le gustaba tener muchos amigos y planes por hacer. Era muy coqueta y preocupada por su imagen, trataba de ir como princesita a todos lados proyectando una sensación de perfección desde el primer pelo, hasta la última palabra gentil, cordial y altruista que expresaba.  Le gustaba llevarse bien con toda la gente y se esforzaba por ello.

Sin embargo, a pesar de parecer una contradicción, le era difícil iniciar nuevas relaciones de confianza. Tenía muchos amigos pero estos habían sido procesados con el tiempo, cuando se aseguraba que la confianza que le demostraban era real. Hasta que ese punto llegaba, le costaba abrirse, se le hacía difícil romper el hielo. Pero cuando esto sucedía, se volvía muy extrovertida.

Para lograr aumentar su velocidad en crear vínculos sociales, estaba siempre dispuesta. Tenía la necesidad de quedar bien con todos, necesitaba caer bien. Lo normal era que cuando recibía un ofrecimiento o demanda, su respuesta por defecto era de complacencia hacia el ofertante para evitar un mal recibimiento de su negativa por parte del espontáneo.