Este se trata sobre una chica a
la que le gustaba tener muchos amigos y planes por hacer. Era muy coqueta y
preocupada por su imagen, trataba de ir como princesita a todos lados
proyectando una sensación de perfección desde el primer pelo, hasta la última
palabra gentil, cordial y altruista que expresaba. Le gustaba llevarse bien con toda la gente y
se esforzaba por ello.
Sin embargo, a pesar de parecer
una contradicción, le era difícil iniciar nuevas relaciones de confianza. Tenía
muchos amigos pero estos habían sido procesados con el tiempo, cuando se
aseguraba que la confianza que le demostraban era real. Hasta que ese punto
llegaba, le costaba abrirse, se le hacía difícil romper el hielo. Pero cuando
esto sucedía, se volvía muy extrovertida.
Para lograr aumentar su velocidad
en crear vínculos sociales, estaba siempre dispuesta. Tenía la necesidad de
quedar bien con todos, necesitaba caer bien. Lo normal era que cuando recibía
un ofrecimiento o demanda, su respuesta por defecto era de complacencia hacia
el ofertante para evitar un mal recibimiento de su negativa por parte del
espontáneo.