viernes, 19 de junio de 2015

El ladino susurro del alma trémula


Fabiana habia estudiado en uno de los mejores colegios de Lima.  Dirigido por una congregación de monjas, este colegio sólo para mujeres,  estaba ubicado en una de las mejores zonas residenciales de la capital.  De familia acomodada, Fabiana gozaba además, de aquella popularidad de chica atractiva y simpática, que las mujeres quieren copiar y los hombres conquistar. Pasó por una de las universidades más caras y de prestigio de Lima, en la que su popularidad fue diluyendo poco a poco, conforme llegaban sus últimos exámenes universitarios.

Consiguió un puesto en una empresa rankeada en GreatPlaceToWork, en la cual su carisma le generó un vertiginoso ascenso.  Era guapa, agradable, joven y feliz. Tenia un buen trabajo y justo acababa de lograrse un novio de película, de esos que siempre usan la camisa dentro del pantalón, con la chompa sobre los hombros con amarre de mangas delantero y pocas veces decía lisurotas.

miércoles, 3 de junio de 2015

La productividad laboral es tarea de todos

La tendencia en los últimos años, era medir la productividad laboral según las horas que se pasaba en la oficina. Quien no se quedaba hasta “tarde”, era percibido como desleal a la empresa e inclusive mal trabajador.  

La tendencia está empezando a cambiar, y digo empezando porque sabemos que este país no es progresista y por el contrario es renuente los cambios y por ello es complicado aplicar un ajuste de mentalidad, por lo que normalmente nos cuesta años aceptar las nuevas tendencias y necesidades sociales (fíjese usted señor lector en nuestro congreso, en temas tan importantes y actuales como la unión civil y el aborto por embarazo forzado).

Ahora mismo la tendencia pasa por medir la productividad según resultados y no según medios o formas. Y se entiende que para llegar a altos grados de productividad, se tiene que equilibrar la vida laboral con la personal. La nonagenaria idea de que se es más productivo mientras más horas en la oficina se pase, está empezando a desaparecer. Incluso hay empresas en países europeos, que a determinada hora cortan la electricidad para enviar a casa a los workaholics. Imagina que en tu trabajo te envían un correo a las 5 pm indicándote que a las 5:30 pm van a cortar la corriente, asi que mejor apaga y chau.