Cuando llegaba no miraba a los ojos, se entretenía con lo que tenía que hacer,
con sus audífonos que rompen el silencio con música electrónica.
Su pelo castaño lacio cae encima de sus hombros, sus ojos
redondos con pestañas largas, te hacen ver a un hermoso ángel con capacidad de
inferir placer tan sólo con su sonrisa angelical, que sólo la muestra cuando le
digo un bonito hola.
- - Que buena playa, estás bronceadita
- - Jajaja si, estuve en Punta Hermosa el fin de
semana
- - Que rico, que tal lo pasaste?
- - Bien, en playa blanca en el día y en la noche nos
fuimos a una fiesta.
- - Con quien estuviste?
- - Con unas amigas y mi novio
-
El proyecto lo trabajamos de forma semipresencial, nos juntamos
2 veces por semana y luego gestionamos el avance a
distancia gracias a la maravilla del internet.
No me costó mucho soltarle confianza, fue preguntarle por
sus tatuajes, sus fds y hablarle de música, para que se suelte. Especialmente bonito es el
tatuaje que tiene en la muñeca con su firma. La falta de confianza inicial se convirtió,
en pocas semanas en confianza absurda, al punto que ya me dice flaco o cabezón.
Me encanta como se viste, no tiene intención de verse más
bonita a través de la ropa o maquillaje. Claro que no lo necesita. Va en jeans
y zapatillas, pero se le ve superlinda. Con el viejo truco de jugar con su pelo
de rato en rato me deja alucinado. Intento hacerme el loco o el duro, pero por dentro estoy que me derrito, mala señal para el proyecto.
Y para el novio.