jueves, 21 de agosto de 2014

El valor de una disculpa


Aún recuerdo con añoranza aquellas épocas en las que podía irme a la cama por la noche y salir de ella 10  o más horas después, y no porque quisiera, sino porque mis necesidades biológicas me obligaban.  Sino fuera por eso, me podía quedar mas rato babeando la almohada. 

Eran aquellas épocas en que tus máximas preocupaciones eran aprobar los cursos de la universidad y no quedar como un idiota por algo que hiciste y que no fue aprobado por tu irreverable grupo social que, en épocas en las que no había celulares con cámara ni redes sociales en las cuales se propaguen sorpresivamente rápido las fotos de tu ridículo como un virus apocalíptico, casualmente estaba justo en primera fila observando lo que luego considerarías tu descuartizamiento social.

Dormir esa cantidad de horas se me hace ahora tan utópico, casi alquímico. Hace mucho tiempo duermo de promedio unas 6 horas por noche. A pesar de  acostarme algún fin de semana a las 5 am, no podría dormir más allá de las 10 am. Y sin importar el dia que sea, me suelo despertar  cansado, con sueño y con ganas de seguir durmiendo, pero ya no puedo hacerlo.

jueves, 14 de agosto de 2014

De juanitos y pablitos

Y un buen dia, me di cuenta.  O mejor dicho, confirmé algo que siempre se me cruzaba por la cabeza, desde que era muy renacuajo, pero no le prestaba importancia porque “que voy a  hacer, la vida es asi”. Pensaba que uno vivía como podía, pero no se podía vivir como se queria. Que limitado.

Siempre me habia incomodado la figura de la autoridad. La mayoría de las personas no se hacen mayores problemas y cumplen órdenes de muy buena gana, aunque vengan en forma de dardos envenenados, como el buen dobby, el elfo doméstico que quedó liberado cuando su dueño le regaló, sin saber, una media sucia.

Yo veo a las personas contentas, siguiendo el camino que deben seguir porque así alguien lo ha escrito en unas reglas que nadie ha leído en un libro que nadie sabe donde está.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Mucho Yang y poco Yin

Mucha resaca mundialista, poco tiempo para escribir con tanta prisa para vivir y el natural proceso humano de recuperar una rutina a tropezones, han hecho que hace 1 mes exacto no sacuda los cajones de este blog.

Hoy vengo un poco decepcionado. Fallé en algo que vengo trabajando hace buen tiempo.

Desde hace 1 año empecé con una especie de mutación de personalidad, tratando de reconocer mis puntos débiles para mejorarlos.  La lista de puntos que identifiqué tenía mas líneas que los geoglifos de Nazca en sus buenas épocas.