- Ya, entonces nos encontramos en la puerta del cine.
- Pero no te demores Manner, que siempre me dejas parada, sola, esperando y me siento webonasa cuando la gente mi mira como bicho raro. – Le reclamó Claudia.
- Jajaja tampoco es que me demore siempre, sólo unas cuantas veces, además que tiene que te vean esperando, no pasa nada, relaja.
- Ya cojuda, no jodas, yo estoy llegando al Jockey a las 9 en punto, no me hagas esperar mucho ah, que te cagas conmigo. – Dijo Clau.
- Ya churri, voy a ver que me pongo y salgo al toque.- Terminó Manner.
Eran casi las 7 pm, tenia tiempo
de sobra, ya que un sábado por la noche hasta el Jockey no haría mas de 20
minutos en taxi. Y de ahí caminar hasta la puerta de los cines 5 minutos más.
Mientras se duchaba iba repasando
mentalmente la ropa que podía ponerse, algo casual pero tampoco tanto, no vaya
a ser que se encuentre en el Jockey con alguno de esos que desataban sus
silenciosas pasiones y ella no podía estar hecha un mamarracho. Así que a buscar una combinación que la
favoreciera pero sin que pareciera que lo hizo a propósito.
Claudia era meticulosa y disciplinada,
por lo que una hora después de haber quedado, ya estaba casi lista, salvando
las dudas que atormentan a las veinteañeras por ver que cartera combina mejor.
A ella no le gustaba mucho la bulla y el tumulto, por eso prefería ir al cine
un sábado por la noche que ir a la fiesta de Santi. Mucha gente, alcohol y
música a todo volumen. Y además era probable que esté Renato. No.
Sabía que Manner la acompañaba al
cine porque se había quedado sin plan de sábado por la noche, ya que a diferencia
suya, Maner vivía para meterse juergas como si cada una fuese la última.
Aquella última vez que salieron a
una fiesta ella se quedó tranquila conversando sin hacer mucha bulla, pero
Manner bebió lo normal, unos 4 whiskys con coca cola y unas 4 latitas de Pilsen.
Había sido en casa de Laura y
estaban todos sus amigos del cole. También Renato, un rebelde sin causa que a
esa altura lo habían echado de la universidad por haber jalado la trica de Mate
2. Obvio que sus padres no sabían que estaba en trica y el dia que llegó con la
noticia a casa, se quedaron atónitos. El padre de Renato era VP de Finanzas Corporativas de un conocido Banco
y esperaba que su hijo siguiera su camino, y ya le tenía separado un puesto
para cuando acabe la carrera. Pero
Renato nunca la acabó. Luego empezó a trabajar como comercial de ventas para
una empresa de ropa surfer y tenía un sueldo que a su edad le bastaba con
suficiencia.
Desde la época de colegio Claudia
había tenido los ojos sobre Renato. Le reia las gracias, soplaba en los
exámenes, falsificaba la firma de su padre para las excusas por inasistencia y
las papeletas de castigo. Pero nunca se lo contó a nadie. Sabía que Renato no
le daría bola y prefirió quedarse callada.
En aquella fiesta en casa de
Laura, estuvieron conversando buen rato. El le contaba que ya estaba hasta las
pelotas de su trabajo, pero que tenía que seguir hasta encontrar otro. Ella le
contaba que le iba super en la universidad, que ya sólo le faltaba un año para
graduarse y que quería ser, algún día, madre de 3 hijos y Ministra de la Mujer.
Ella siguió hablando hasta que
Renato se fue al baño y nunca volvió. Pasados 10 minutos Claudia lo buscó por
la terraza y la sala, hasta que vió en el garaje a Manner agarrándoselo a sus
anchas con las piernas alrededor de su
cintura, las manos agarrándole la cabeza para dominar la situación y con la poca vergüenza que le agraciaban los 4 whiskis y 3 cervezas
que hasta el momento se había tomado.
Clau sintió que su pecho se partía con la
facilidad que lo hace una hoja de papel cuando es cortada por la mitad, sin
oponer resistencia.
Aquel voraz acontecimiento hizo
que cogiera sus cosas y se fuera a casa. Y que decidiera que no le gustaban las
fiestas. Nunca dijo nada.
Manner no sabía que esa noche de
cine, había una fiesta en casa de un tal Santi, amigo de la universidad de
Clau, al cual obviamente no conocía. Y Clau no le iba a contar.
Manner se vestía con apuro, pues
cada cosa que se ponía no lograba la combinación que ella buscaba, se había
probado ropa por 20 minutos y nada le convencía. Su celular le dijo que ya eran
las 8:30 pm y seguramente Claudia ya estaba en camino hacia el Jockey. Si
llegaba tarde, se iba a poner en plan. Así que decidió ponerse el jean apretado
que sabía que a todos gustaba y el top
amarillo que le había regalado su tía hacia unas semanas.
-Un poco putón para ir al cine,
jajaja – dijo mientras se miraba por enésima vez en el espejo – Pero es cómodo
y a la mierda.
Se puso los botines negros, cogió
una cartera y salió corriendo hacia la avenida para tomar un taxi. Justo cuando
más lo necesitaba no pasaba ninguno vacío. En cambio, cuando no lo necesitaba,
paraban 3 a preguntarle si quería taxi.
La avenida primavera estaba
congestionada un sábado por la noche. Sólo un helicóptero la haría llegar a
tiempo.
Le mandó un whatsapp a Claudia,
en plan víctima diciéndole hace rato estaba esperando y no pasaban taxis y que
iba a demorar un poco.
Claudia llegó al Jockey a las
8:50 pm. Mientras buscaba sitio para estacionar y caminaba hasta los cines,
llegaría a las 9 en punto. Algo le decía que Manner ya estaría llegando. Nunca le reclamó lo del episodio con Renato,
pues ella no sabía nada. Habían sido
amigas desde el colegio, se quedaban a dormir una en casa de la otra y se
contaban sus cosas. Pero esta vez no había sido así. Clau no le había contado
lo de Renato.
Cuando estacionó, cogió su
cartera y bajó del carro, le puso alarma, se fijó luego si los pestillos
estaban debidamente cerrados y enrumbó hacia los cines. En el caminó sacó su
celular de la cartera y vió el mensaje de Manner.
- - Puta madre, esta webona, ya sabía carajo.
-Apúrate –
Respondió Claudia 20 minutos después.
Manner recién estaba entrando al
Derby para luego coger la Manuel Olguin. El taxista era un señor mayor que
manejaba con paciencia y tranquilidad. Esto le gustaba usualmente, pero en ese
momento tal vez no mucho. Queria llegar pronto para evitar la puteada de Clau.
El taxi entró por la puerta
principal de Manuel Olguín y ella se bajó corriendo luego de pagarle justo los
S/. 10 que le había costado. Llegó a los cines a las 9:25 pm. La película había
empezado hacia 10 minutos y Clau estaba parada, sola, al frente de Crisol, con
la mirada clavada en su celular.
Manner corrió hacia ella, la abrazó
a la altura del cuello y le planto un sonoro beso en el cachete.
- - Perdón, perdón, pero ya llegué churri, no me grites
que el tráfico estaba fatal y además me trajo un señor que parecía Mister
Magoo!
- Te pasas cojuda, siempre lo mismo y encima la
película ya empezó, como haces para llegar mas tarde viviendo mas cerca que yo.
– renegó Clau.
- - Ya, pero no te hagas tanta palta webona, si
estamos sábado y mañana no te tienes que levantar temprano, esperamos la otra
función y ya. – resonó Manner.
Vieron que la siguiente función
empezaba a las 10:30 pm. Faltaba una hora, así que decidieron darse una
vueltita para ver ropa antes de comprar las entradas.
Entraron en una tienda de zapatos
y mientras miraban sin mucha intención de comprar suena el teléfono de Clau.
Era Renato. Clau se quedó viendo la pantalla sin contestar, hasta que Manner, al
ver quien era, le quitó el teléfono y contestó:
-Renatillo,
que ha sido de tu vida? ………. No, soy Manner webón, estamos esperando para ir al cine …..….
Fiesta??? Dónde?? ….. ya mostro! Estamos yendo, besitos!!
Le devolvió el teléfono a su
dueña mientras le decía:
- - Eres una pendeja, había una fiesta en casa de un
amigo tuyo y no me cuentas. Bueno Renato dice que vayamos, conoces la dirección
del tal santi este?
- - No Marianella, no tengo ganas de ir a esa fiesta, yo
quiero ir al cine y además ya habíamos
quedado.
- - Ay webona no seas aguada, es sábado y además que
vamos a esperar tanto para ver la película que seguro mañana la cuelgan en
Netflix. Vao, donde está tu carro? Sabía que el destino me había hecho vestirme
así para algo más interesante que venir al cine. Ya apúrate.
Mientras dijo esto salió de la
tienda camino hacia el estacionamiento.
- - Puta madre.
Clau la siguió, mientras sacaba
las llaves de la cartera.
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