miércoles, 2 de septiembre de 2015

La fiesta

  •        Ya, entonces nos encontramos en la puerta del cine.
  •     Pero no te demores Manner, que siempre me dejas parada, sola, esperando y me siento webonasa cuando la gente mi mira como bicho raro. – Le reclamó Claudia. 
  •   Jajaja tampoco es que me demore siempre, sólo unas cuantas veces, además que tiene que te vean esperando, no pasa nada, relaja.
  •    Ya cojuda, no jodas, yo estoy llegando al Jockey a las 9 en punto, no me hagas esperar mucho ah, que te cagas conmigo. – Dijo Clau. 
  •     Ya churri, voy a ver que me pongo y salgo al toque.- Terminó Manner.

Eran casi las 7 pm, tenia tiempo de sobra, ya que un sábado por la noche hasta el Jockey no haría mas de 20 minutos en taxi. Y de ahí caminar hasta la puerta de los cines 5 minutos más.

Mientras se duchaba iba repasando mentalmente la ropa que podía ponerse, algo casual pero tampoco tanto, no vaya a ser que se encuentre en el Jockey con alguno de esos que desataban sus silenciosas pasiones y ella no podía estar hecha un mamarracho.  Así que a buscar una combinación que la favoreciera pero sin que pareciera que lo hizo a propósito.



Claudia era meticulosa y disciplinada, por lo que una hora después de haber quedado, ya estaba casi lista, salvando las dudas que atormentan a las veinteañeras por ver que cartera combina mejor. A ella no le gustaba mucho la bulla y el tumulto, por eso prefería ir al cine un sábado por la noche que ir a la fiesta de Santi. Mucha gente, alcohol y música a todo volumen. Y además era probable que esté Renato. No.

Sabía que Manner la acompañaba al cine porque se había quedado sin plan de sábado por la noche, ya que a diferencia suya, Maner vivía para meterse juergas como si cada una fuese la última.

Aquella última vez que salieron a una fiesta ella se quedó tranquila conversando sin hacer mucha bulla, pero Manner bebió lo normal, unos 4 whiskys con coca cola y unas 4 latitas de Pilsen.  

Había sido en casa de Laura y estaban todos sus amigos del cole. También Renato, un rebelde sin causa que a esa altura lo habían echado de la universidad por haber jalado la trica de Mate 2. Obvio que sus padres no sabían que estaba en trica y el dia que llegó con la noticia a casa, se quedaron atónitos. El padre de Renato era VP  de Finanzas Corporativas de un conocido Banco y esperaba que su hijo siguiera su camino, y ya le tenía separado un puesto para cuando acabe la carrera.  Pero Renato nunca la acabó. Luego empezó a trabajar como comercial de ventas para una empresa de ropa surfer y tenía un sueldo que a su edad le bastaba con suficiencia.

Desde la época de colegio Claudia había tenido los ojos sobre Renato. Le reia las gracias, soplaba en los exámenes, falsificaba la firma de su padre para las excusas por inasistencia y las papeletas de castigo. Pero nunca se lo contó a nadie. Sabía que Renato no le daría bola y prefirió quedarse callada.

En aquella fiesta en casa de Laura, estuvieron conversando buen rato. El le contaba que ya estaba hasta las pelotas de su trabajo, pero que tenía que seguir hasta encontrar otro. Ella le contaba que le iba super en la universidad, que ya sólo le faltaba un año para graduarse y que quería ser, algún día, madre de 3 hijos y Ministra de la Mujer.

Ella siguió hablando hasta que Renato se fue al baño y nunca volvió. Pasados 10 minutos Claudia lo buscó por la terraza y la sala, hasta que vió en el garaje a Manner agarrándoselo a sus anchas con las piernas alrededor de su cintura, las manos agarrándole la cabeza para dominar la situación y con la poca vergüenza que le agraciaban los 4 whiskis y 3 cervezas que hasta el momento se había tomado. 

Clau sintió que su pecho se partía con la facilidad que lo hace una hoja de papel cuando es cortada por la mitad, sin oponer resistencia.

Aquel voraz acontecimiento hizo que cogiera sus cosas y se fuera a casa. Y que decidiera que no le gustaban las fiestas. Nunca dijo nada.

Manner no sabía que esa noche de cine, había una fiesta en casa de un tal Santi, amigo de la universidad de Clau, al cual obviamente no conocía. Y Clau no le iba a contar. 


Manner se vestía con apuro, pues cada cosa que se ponía no lograba la combinación que ella buscaba, se había probado ropa por 20 minutos y nada le convencía. Su celular le dijo que ya eran las 8:30 pm y seguramente Claudia ya estaba en camino hacia el Jockey. Si llegaba tarde, se iba a poner en plan. Así que decidió ponerse el jean apretado que sabía que a todos gustaba y  el top amarillo que le había regalado su tía hacia unas semanas.

    -Un poco putón para ir al cine, jajaja – dijo mientras se miraba por enésima vez en el espejo – Pero es cómodo y a la mierda.

Se puso los botines negros, cogió una cartera y salió corriendo hacia la avenida para tomar un taxi. Justo cuando más lo necesitaba no pasaba ninguno vacío. En cambio, cuando no lo necesitaba, paraban 3 a preguntarle si quería taxi.

La avenida primavera estaba congestionada un sábado por la noche. Sólo un helicóptero la haría llegar a tiempo.

Le mandó un whatsapp a Claudia, en plan víctima diciéndole hace rato estaba esperando y no pasaban taxis y que iba a demorar un poco.




Claudia llegó al Jockey a las 8:50 pm. Mientras buscaba sitio para estacionar y caminaba hasta los cines, llegaría a las 9 en punto. Algo le decía que Manner ya estaría llegando.  Nunca le reclamó lo del episodio con Renato, pues ella no sabía nada.  Habían sido amigas desde el colegio, se quedaban a dormir una en casa de la otra y se contaban sus cosas. Pero esta vez no había sido así. Clau no le había contado lo de Renato.

Cuando estacionó, cogió su cartera y bajó del carro, le puso alarma, se fijó luego si los pestillos estaban debidamente cerrados y enrumbó hacia los cines. En el caminó sacó su celular de la cartera y vió el mensaje de Manner.

-          -  Puta madre, esta webona, ya sabía carajo.




-Apúrate – Respondió Claudia 20 minutos después.

Manner recién estaba entrando al Derby para luego coger la Manuel Olguin. El taxista era un señor mayor que manejaba con paciencia y tranquilidad. Esto le gustaba usualmente, pero en ese momento tal vez no mucho. Queria llegar pronto para evitar la puteada de Clau.

El taxi entró por la puerta principal de Manuel Olguín y ella se bajó corriendo luego de pagarle justo los S/. 10 que le había costado. Llegó a los cines a las 9:25 pm. La película había empezado hacia 10 minutos y Clau estaba parada, sola, al frente de Crisol, con la mirada clavada en su celular.

Manner corrió hacia ella, la abrazó a la altura del cuello y le planto un sonoro beso en el cachete.

-          -  Perdón, perdón, pero ya llegué churri, no me grites que el tráfico estaba fatal y además me trajo un señor que parecía Mister Magoo! 

       - Te pasas cojuda, siempre lo mismo y encima la película ya empezó, como haces para llegar mas tarde viviendo mas cerca que yo. – renegó Clau.

-          -  Ya, pero no te hagas tanta palta webona, si estamos sábado y mañana no te tienes que levantar temprano, esperamos la otra función y ya. – resonó Manner.

Vieron que la siguiente función empezaba a las 10:30 pm. Faltaba una hora, así que decidieron darse una vueltita para ver ropa antes de comprar las entradas.

Entraron en una tienda de zapatos y mientras miraban sin mucha intención de comprar suena el teléfono de Clau. Era Renato. Clau se quedó viendo la pantalla sin contestar, hasta que Manner, al ver quien era, le quitó el teléfono y contestó:

    -Renatillo, que ha sido de tu vida? ………. No, soy Manner webón,  estamos esperando para ir al cine …..…. Fiesta??? Dónde?? ….. ya mostro! Estamos yendo, besitos!!

Le devolvió el teléfono a su dueña mientras le decía:

-         -  Eres una pendeja, había una fiesta en casa de un amigo tuyo y no me cuentas. Bueno Renato dice que vayamos, conoces la dirección del tal santi este?

-          -  No Marianella, no tengo ganas de ir a esa fiesta, yo quiero ir al cine  y además ya habíamos quedado.

-          - Ay webona no seas aguada, es sábado y además que vamos a esperar tanto para ver la película que seguro mañana la cuelgan en Netflix. Vao, donde     está tu carro? Sabía que el destino me había hecho vestirme así para algo más interesante que venir al cine. Ya apúrate.

Mientras dijo esto salió de la tienda  camino hacia el estacionamiento.

-         - Puta madre.

Clau la siguió, mientras sacaba las llaves de la cartera.




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