domingo, 30 de agosto de 2020

Historias con Morbo 1

Quedaron en ir juntos a la playa. Dario pasaría por ella a golpe de 12 del dia. Pero la puntualidad no era uno de sus puntos fuertes. Y ese dia, no fue la excepción. La reunión se alargó y el todavía tenia que ir a su casa a sacar sus cosas.

Se habían conocido semanas atrás, en la casa de una amiga en común. No habían hablado mucho, así que no había confianza ni fluidez.

Floripondia, al evidenciar la demora, lo llamó para, elegantemente, decirle que se  apure. Dario estaba por llegar a su casa. Una ducha, cambio de ropa y en 40 minutos pasaría por ella, lo cual era una mentira del tamaño de un estadio. Pero sirve para aplacar los reclamos.

Dario entendía que las mujeres aman el bronceado  y unos cuantos minutos más o menos de sol, lo consideran bastante diferencia. Intentó acelerar su ritmo pero igual terminó pasando por ella como a las 2 pm.

2 horas tarde, lo usual en él.

La llegar la llamó para que baje, y ella salió rapidito, con un vestidito de playa de un material tipo paredo, bastante coqueto. Él  guardó la maleta y  enrumbaron hacia el sur.

El camino hacia la playa fue lento debido al tráfico. Ella vivía en Miraflores asi que fueron por la Costa Verde subieron por Chorrillos y agarraron Huaylas. Todo el recorrido estaba atorado por el tráfico.

La tardazan de Darío le comía la consciencia “debe estar puteándome por dentro, va a perder mucho sol”.

Durante las casi 2 horas de camino, la conversación brilló por la ausencia de química, sobre temas intrascendentes como trabajo, viajes, etc.

Floripondia, que le encantaba llenar los silencios,  le contó con detalle en que consistía su trabajo. Habia estudiado comunicaciones pero al terminar creó una marca de ropa. Creó su empresa pero nunca la hizo funcionar. Así que se dedicó a comercializar su marca de manera individual. No le iba mal. Hasta que dentro del mundo textil conoció a una chica que trabajaba en una empresa que elaboraba marcas extranjeras a pedido del cliente. Esta chica le consiguió una entrevista para un puesto similar al que ella tenía. Sólo tuvo una entrevista. No consiguió el trabajo. Pero su sorpresa fue mayor cuando un año después, recibe  una llamada de la persona que la había entrevistado un año atrás, la jefa del área. Queria que Floripondia trabaje con ella. Un año después esta jefa tomó baja por maternidad y Floripondia ocupó su lugar. Se dedicaba a establecer relaciones comerciales con clientes extranjeros y a estudiar los adelantos de la moda europea y de Estados Unidos. Asi que viajes a New York y Amsterdam se daban entre 5 ó 6 veces al año. Su trabajo soñado. Vamos, el de muchos.

El le contó que trabajaba de forma independiente,  con suerte hasta el momento le iba bien, pero quería hacer algo distinto, solo que no sabía qué.

Al llegar a la playa, se dirigieron directamente a la playa playa, si me hago entender, sin pasar a dejar las cosas en la casa, debido la hora.

 Floripondia le contó sobre su ex -enamorado. Se conocieron por amigos en común y estuvieron como 4 años. Se iban a mudar juntos. Hasta habían alquilado un departamento céntrico en Miraflores, pero sólo se había mudado él,  pues a Floripondia´s parents,  no les hacia mucha gracia. Luego de una pequeña discusión surgió la idea de separarse un tiempo, pues estaban dando un paso muy grande y no estaban seguros de seguir juntos. Y ahí terminó todo. Hacía 2 meses de eso.

-  Ahora te toca a ti - le dijo Floripondia con su siempre coqueta sonrisa, que parecía mas una invitación lujuriosa que una sonrisa de amabilidad.  Al menos eso queria creer Dario.

Asi que Dario le contó su historia. Habia estado 4 años con esta chica. Era una de las chicas mas bonitas que había conocido en su vida. Era alta, con cuerpo de modelo y un derrier de infarto. Tenia una cara dulce, ojos claros y una sonrisa que parecía dibujada con lápiz de grafito capaz de detener el tráfico. Era amiga de una amiga suya. Y la afanó unos 3 meses, pues ella había tenido una decepción y no queria volver a involucrarse. Hasta que un dia ella le dijo que no se afane mucho. El respondió que se vaya a .. no, mejor que respetaba su espacio y ya no la iba a buscar. A los 2 dias ella le dijo que había entendido mal, que sólo le había dicho que la espere un tiempo. Estuvieron 4 años.

El calor empezaba a arreciar, asi que Floripondia se metió al mar. Gran compinche don calor, pensó Dario mientras la veía caminar hacia el mar de una forma tan coqueta y sensual.  Que  hermosas son las mujeres, más aun cuando salen del mar. Dario se quedó mirándola desde su lugar en la sombrilla,  se deleitó con su forma de caminar, con su bonito y bien formado cuerpo, su piel bronceada y con su estilo al salir del mar a lo Halle Berry en aquella película de James Bond que ya no me acuerdo. Esa simple acción de ir al mar y salir corriendo para evitar que las olas las revuelquen, le da a las mujeres una capacidad fantástica de conquista.

-          Uy creo que ya la cagué - pensó Dario mientras la miraba embelasado.

Cuando se sentó en la toalla, Floripondia lo miró con esa sonrisa coquetísima, aparentemente dibujada por el mismísimo Asmodeo, - una chelita? – le dijo.

Antes que Dario responda, se escuchó un grito – yo también quiero una chela!

Era Chimuela, que había terminado sus prácticas para la fiesta de la noche y se acercaba corriendo porque la arena le quemaba los pies.

-Dale, traigo para los tres – dijo Darío mientras pensaba “ya te podías haber demorado un par de horas más”.

Miró a Floripondia sonriendo, y le dijo – Pilsen no? 


El día que Pierce Brosnan salvó a Halle Berry de morir ahogada en el rodaje  de James Bond - Infobae

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