miércoles, 2 de julio de 2014

De fútbol y otras adicciones

Seamos fanáticos o no del fútbol, todos sabemos que estamos en pleno mundial. Las redes sociales están constantemente informándonos de los resultados, jugadas, goles, etc. Ni siquiera los diarios digitales tienen la información tan actualizada como lo pueden hacer las redes sociales a través de nuestros contactos.

Todos tenemos un equipo favorito, el cual puede ir cambiando si el que elegiste inicialmente cae eliminado antes de la final. Si elegiste un favorito, lo hiciste porque pensaste que iba a ganar el Mundial, aunque a veces hay equipos que enternecen y nos volvemos aficionados temporales aunque sepamos que ni de coña van a ganar del torneo.

Es el caso específico de Costa Rica, que por ahora es la “perita en dulce” de los cuartos de final. Aunque particularmente pienso que si juegan ordenaditos y tranquilos podrían meterle un buen disgusto a mis muchos y muy buenos amigos tulipanes, que dicho sea de paso, deben ver a Robben como su héroe nacional de la pendejada.


Mi experiencia con los holandeses  me permite decir que se sienten supervivos cuando cruzan una calle por cualquier lado que no sea la esquina. Imagínenselos viendo a Robben tirándose a la piscina para ganar un penal en el Mundial. Debe ser su ídolo por lograr algo falseando la realidad. Robben ha vivido unos años en España y, claro, la pendejada es pegajosa. Pero luego su naturaleza dutchie lo traicionó y salió a decir que efectivamente se había tirado. 

Los países latinoamericanos han hecho un muy buen mundial. Sobre todo Colombia. Pero me fijé en 3 paises: Uruguay, Chile y Costa Rica. Todos con una población mucho menor a la nuestra están ahí dando la pelea, eliminando a países campeones del Mundo y emocionando a la gente que los ve jugar.

Costa Rica tiene casi 5 millones de habitantes y está por primera vez en su historia en cuartos de final. Recuerdo alguna otra gran selección costarricense como la de 1990 que llegó a octavos y perdió con la ya desaparecida Checoslovaquia.  No es un pais ajeno a estas competiciones.

Uruguay tiene poco mas de 3 millones de habitantes (la décima parte de habitantes que tenemos en Perú). Son bicampeones del Mundo, 15 veces campeones de la copa américa (la primera en este ranking), ganador de la medalla de oro en fútbol en las olimpiadas y un largo etc.

Chile, tiene poco mas de 17 millones de habitantes. Hicieron un gran Mundial.  Todo el mundo le tenía respeto y admiración, había eliminado a España y casi hace lo mismo con Brasil. Tiene a varios jugadores que actualmente están ente los mejores del mundo.

Y pensaba en Perú.  Si tenemos casi 30 millones de habitantes, mas material humano de donde producir recursos, por qué no lo hacemos?

Si un país de 3 millones de habitantes saca jugadores que valen mucho dinero, porque un país con 30 millones de habitantes no lo puede hacer?. Ellos no nacen con un gen futbolístico que nosotros no tenemos. Somos iguales físicamente pero ellos tienen algo que nosotros no. Igual Chile y ahora Costa Rica. Son países que tienen menos población pero sacan mejores jugadores.

Y no hablemos solo de jugadores de fútbol, hablemos de deportistas en general, profesionales, estudiantes, políticos, artistas, escritores, etc. Tenemos mas material humano de donde producir más talento que nuestros vecinos.  Pero al parecer, ellos producen más.

Las inversiones chilenas en Perú casi llegan a triplicar su contraparte, es decir lo invertido por Perú en Chile. Por qué ellos producen más empresa  que nosotros? En este punto debo poner de manifiesto mi agradecimiento a los chilenos de crear trabajo en Perú.

Hace algún tiempo, durante la clasificación al Mundial, Perú se la jugaba en Lima contra Uruguay. Era un partido difícil y había emoción y ansiedad en la gente. Recuerdo estar en la semana previa a dicho partido en el gimnasio haciendo mis 368,973 abdominales diarios para poder sacarme el polo igualito a Cristiano Ronaldo, cuando de repente oí una conversación. Era un señor de unos 75-80 años conversando con un pata de unos 27 años sobre el partido con Uruguay que se nos venía. Entre ellos había una distancia de unos 5 metros, asi que hablaban en voz alta y era fácil escucharlos.

El señor se mataba de risa diciendo que había mucha gente que pensaba que íbamos a ganar ese partido, pero que era obvio que no se podía y que Uruguay nos iba a meter “de a 3”. El pata le respondía que si, que había mucho ingenuo hablando del partido y que se iban a llevar una tremenda decepción, porque jamás le íbamos a ganar a Uruguay. Al parecer los 2 tenian memoria frágil, pues no recordaban los goles en Montevideo de Pizarro, de Solano y Farfán, hace unos cuantos años. Y un 3-0 a favor nuestro en la Copa América de Bolivia.

2 personas de 2 generaciones tan distanciadas concordando que Perú jamás le iba a ganar a Uruguay en Lima. Y tanto se reian que llegué a pensar que eran uruguashos. Pero no, eran bien peruanos.

Ahí me di cuenta de la mentalidad derrotista que tenemos los peruanos. Es mas fácil decir no se puede, a intentar. Es más fácil poner excusas que proponer soluciones. El ambiente en la calle es mayoritariamente derrotista. Imagínense a un niño que pinta para crack de fútbol. La rompe en sus equipos, y pronto llegará a la selección y probablemente a jugar en el extranjero. Imaginense al niño, justo en ese gimnasio en ese momento, oyendo la conversación de que vamos a perder porque somos Perú. Creciendo en ese ambiente, el muchacho se convertirá en un jugador muy bueno, pero cuando le toque jugar contra alguien que tiene otro acento, se sentirá inferior. Sentirá que no puede y que si pierde el partido, no es por su culpa, es porque es peruano. Esa será su excusa. Entonces si igual va a perder, mejor no dar el 100%, dará sólo su 70%. Pero no es su culpa, es el ambiente en el que se crió.

Al escuchar lo que esas personas estaban hablando, me acerqué y les recriminé, con mi mejor sonrisa y tono posibles, dadas las circunstancias. Les dije que no podíamos tener esa mentalidad, porque así estábamos perdiendo el partido antes de jugarlo. Que éramos locales y debíamos salir con el cuchillo entre los dientes a rompernos el lomo para ganar el partido. Que los uruguashos no tenían 3 pulmones. Que debíamos pensar que jugando intensamente les íbamos a ganar. Claro, luego se pueden dar 3 resultados, pero si salíamos con mentalidad ganadora teníamos mas posibilidad que salir con mentalidad derrotista.

Me contestaron que si que muy bien, pero que a los jugadores  sólo les interesa el billete.


  • -     Y además vamos a perder flaquito, ya vas a ver.

Le dije que si bien nosotros no jugábamos el partido, podíamos crear un ambiente ganador. Todos los peruanos debíamos pensar en que todo se puede lograr, con mayor o menor esfuerzo pero se puede lograr, tal como hacen los chilenos, costarricenses, los uruguayos y tantos otros. Tienen mentalidad ganadora, y sólo por eso ganan. Porque se la creen.

En cambio aquí, uno camina por la calle y escucha muchos comentarios similares, que no se puede, que somos peruanos, que hay que ser realistas.

Que pasaría si con la enorme cantidad de material humano que tenemos cambiáramos nuestra mentalidad? Crear un ambiente super positivo y ganador en nuestro país, desde el mas recóndito rincón hasta el más sintonizado programa de televisión. En lugar de decir “vamos a perder porque somos Perú” digamos “obvio que ganamos, somos peruanos”. Si creamos esta corriente y la sostenemos, de aquí a 30 años no sólo vamos a estar en un mundial, sino que estaremos en varios y los vamos a protagonizar hasta donde den las piernas. Y así en todos los deportes, disciplinas, profesiones y etc.

La mentalidad ganadora personificada

Es muy fácil echar culpas, a Burga (que de hecho tiene mucha culpa), a los gobernantes y a los vecinos. Pero no nos damos cuenta que nosotros,  las personas de calle,  contribuimos mucho a nuestras limitaciones con ese ambiente tan negativo. Es mas fácil destruir que construir, es más fácil poner excusas que buscar soluciones. Pero no es lo correcto. 

Lo que deberíamos hacer, es copiar los ejemplos de estos países y seguir su camino. Dejemos de lado los resentimientos y el egoísmo, y colaboremos todos a mejorar como país, pensemos que todo es posible y que si algo está mal, sólo nosotros podemos cambiarlo. No esperemos que venga Súperman o el Chapulín Colorado para que nos lleven hacia la victoria. Somos nosotros los que debemos empezar a formar un camino hacia el triunfo, con esfuerzo y dedicación y pensando que todo se puede lograr.  Y luchando por eso.

Cambiemos ese chip y empecemos a sentir que podemos ser igual o mejor que cualquier otro. Los resultados serán evidentes. Lógico que cada uno no puede hacer que cambien los demás, pero si podemos cambiarnos a nosotros mismos.  Algunas veces lo lograremos y otras fallaremos, pero la mentalidad siempre debe ser ganadora.  E intentar una y otra vez hasta lograrlo. Y en unos años nos comeremos al que se pone delante de nuestro objetivo.

Y no paremos hasta sentir la obviedad del triunfo, sólo por ser peruanos.
  • -   Si señor, al final aquella vez ganó Uruguay en Lima, pero logré ponerlo en duda sobre ese resultado. Le hice pensar que tal vez podríamos ganar.  La próxima vez si ganaremos, porque somos un país triunfador. Ya lo verá usted.


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